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352 CELINA A. LERTORA MENDOZA con los maestros como Pedro Lombardo, Pedro Comestor y el mismo Esteban Langton es patente. En Oxford la collatio se reserva a los ser mones, y Peccam todavía tiene trazas de esta tradición. Pero ya tam poco en sus primeros maestros hay interés de mantener esa forma para la enseñanza académica. En cambio sí se quiere fortalecerla como ins trumento de catequesis popular y de meditación clerical. Ese es tam bién el uso que le reserva Bacon. 2 .° La praxis cristiana El moderno título que hemos dado a este parágrafo no resulta ana crónico. La Teología Moral es una subdivisión de la teología dogmá tica muy posterior a la época que estamos considerando. Ya vimos tam bién que Bacon considera a la Moral el más alto peldaño de la sabidu ría, pero no entendida teóricamente, sino incardinada en una práctica social y eclesial. Para los medievales hasta el s. X III no había una neta distinción entre los estilos de las obras teológicas, puesto que ellas proveían más de material para la meditación y la edificación espiritual, que de una serie de conceptos sobre los cuales pudiera disputarse si guiendo leyes objetivas y lógicas. Pero a medida que la teología aca démica se separa de la práctica eclesial, se empiezan a notar las desar monías. Bacon fue muy sensible a ésto, pero no fue el primero. Ya sus antecesores oxonienses habían observado que el progresivo aumento de conocimientos teológicos teóricos no conlleva de por sí un perfec cionamiento espiritual paralelo. No puede descuidarse, por tanto, la li teratura de edificación. Grosseteste, que fue obispo además de acadé mico, intentó reformas bastante importantes en materia de vida ecle siástica (el clero regular aparentemente estaba más corrupto que el secular). Pero el clero, además, tiene la importante función de formar la conciencia popular, y esa labor estaba bastante descuidada. Roberto intenta una vuelta al buen sendero mediante la utilización —ahora po pularizada— de los antiguos recursos monásticos: los sermones, los dichos y las meditaciones. Se conservan en apreciable cantidad, y lo mismo puede decirse de sus sucesores en el obispado. Peccam escribirá ardorosamente para el pueblo, tanto como para los ilustrados en filo sofía y ciencia. Bacon recogerá todas estas ideas en sus propuestas re formatorias, y él mismo dará ejemplo de paciencia y de sumisión, pues
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