PS_NyG_1989v036n002p0195_0372

ROGER BACON: SUS IDEAS EXEGETICAS 207 secundum se considerata, nam philosophia secundum se ducit ad cae- citatem infernalem et ideo oportet quod secundum se sit tenebrae et caligo ( Opus Maius , Pars. II, C. 17: Bridges I, 64). La finalidad del saber no es la ciencia por sí misma, lo cual en todo caso es propio de la ciencia pagana, sino que su dignidad se deriva de su más alto fin que es la contemplación. Bacon es un espíritu práctico y no admite un fin especulativo por sí mismo, de allí que para él la filo­ sofía pagana, considerada como tal, es más bien nociva. En cambio, es necesario el estudio ordenado a este fin superior. Ipsam [sapientiam] jam possessam per exercitia studii sublimat et magníficat executio utilitatum quae in Ecclesia fiunt et caeteris tribus dictis ( Comp . Phil., 396). Bacon partió de la observación de un estado de cosas que le parecía funesto para la religión y la sociedad y consideró que en parte se debía al abandono de los estudios serios y profundos, al olvido de la dignidad de la labor científica. Esta decadencia del espíritu cristiano de su tiem­ po era para él un hecho sin apelaciones. Mirum enim est de nobis Christianis, qui sine comparatione sumus imperfectiores in moribus quam philosophi infideles. Legantur decem libri Ethicorum Aristotelis et innumerabilis Senecae et Tulli, et alie- rum, et inveniemus quod sumus in abyso vitiorum ( Opus Tertium : Brewer, 50). La opinión personal de Bacon no difería de la de Grosseteste, To­ más de York o Peccam, salvo quizá en ser aún más dramático. Pero, como los otros oxonienses, se nos muestra preocupado por los aspectos salvíficos y revela una mentalidad teocéntrica y eclesial. 2.°) Función sapiencial de la filosofía y las ciencias La función sapiencial de la filosofía es tema común en la corriente franciscana, pero fue sostenida con diferentes matices. En este caso es­ tamos en una de sus versiones más extremas porque se propone una modificación total de la estructura del saber y una nueva síntesis doc­ trinal, dentro de la cual la ciencia ocupará una parte importante, en cuanto es fundamento, pero cuya cúspide no es un conocimiento teó­ rico o especulativo, sino una recta praxis religiosa y moral, y aún más, un mundo de contemplación mística.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz