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ROGER BACON: SUS IDEAS EXEGETICAS 315 por su significación «natural» y entonces estamos en los dominios del sentido literal, o se toman como signos de otras significaciones y a es­ to llama sentido espiritual. Las formas del sentido espiritual son secun­ darias con relación a esta diferencia fundamental. Vista así, la simpli­ ficación baconiana no carece de razón, pues obviamente, todo lo que no es sentido literal es un modo simbólico de entender el texto, cualquiera sea el código de desciframiento de tal simbología. Bacon no se preocu­ pa luego de distinguir, clarificar o clasificar subtipos de sentidos espi­ rituales, y más bien usa en forma indistinta denominaciones como «spi- ritualiter», «metaphorice», «analogice». Ya veremos en su momento que ello se debe a la reducción de todo sentido espiritual a una forma de analogía, es decir, a un uso metafórico. Algunas veces usa el térmi­ no «anagogice» pero no en el sentido tradicional (por ej. Opus Maius, IV: Bridges I, 185 sobre el nombre Jordán), y otras, sobre todo cuan­ do son anagogías muy famosas, como la de Jerusalén celestial, lo re­ pite (por ej. Opus Maius, IV: Bridges I, 186). También habla de un sentido «místico», que sería la forma más elevada del sentido espiri­ tual. Volveremos sobre estos puntos en su momento, pero aquí quere­ mos destacar que la única división importante de los sentidos, admiti­ da por Bacon, es entre literal y espiritual, denominaciones que utiliza en sentido constante y preciso en todos los casos. En cambio, las otras subdenominaciones correspondientes a subclases del sentido espiritual, se toman latamente, sin mayor precisión y sin un¡a justificación espe­ cial de sus diferencias. 2 ? El sentido literal Ya hemos indicado que el sentido literal es para Bacon la signifi­ cación unívoca del texto. La importancia del mismo se debe, en primer lugar, a que esas, y no otras, son las palabras reveladas por voluntad divina, conforme al concepto de la revelación como «dictado» que Ro- ger compartía con todos los autores de su época. No obstante, no de­ be pensarse que es el sentido más pobre, sino al contrario, es el más rico, porque es el que virtualmente contiene a los otros, y no sólo a los sentidos espirituales que se fundan en él, sino incluso a las razones, causas o justificaciones últimas de todas las otras verdades que el hom­ bre ha llegado a conocer por revelación natural: Impossibile enim est, quod homo sciret veritatem creaturae ultimam, secundum quam accipitur in scriptura, nisi fuerit specialiter a Deo

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