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SIGNIFICADO Y REFERENCIA 105 rentes, en [5] nos hallamos ante un sentido que se configura esencialmente con contenidos que quebrantan todas las leyes físicas. ¿Cómo puede un hombre caminar sin pies ni cabeza? La comprensión de [5] podría expli­ carse mediante una interpretación en la que se realizara una transferencia de significado. «Caminar sin pies ni cabeza», según esta estrategia herme­ néutica, cobraría un significado distinto del que originariamente poseen sus términos. Y, entonces, [5] vendría a significar un hombre que va por la vida sin orientación alguna, sin dejarse guiar por los dictámenes de la razón. De este modo, entenderíamos [5], pero sería a costa de dejar intacta la dificultad de una expresión cuyos elementos esenciales se unifican en una entidad que quebranta las leyes del mundo físico. Otro tanto acontece con [6], pero en el ámbito ya de los contradictorio y sin posibilidad, para su intelección, de cambios hermenéuticos. «Me gusta lo que no me gusta» goza de un sentido accesible en sí a todos. Pero, al no cumplir en su constitución la coherencia ontològica de sus elementos, nos hace de nuevo retrotraernos a la misma cuestión: ¿qué tipo de realidad debemos decir que es el significado? Los tres ejemplos últimos merecen una consideración especial, debida al hecho de que el sujeto de la oración, a pesar de carecer de existencia real, recibe una predicación que sí la posee. ¿Cómo de algo «no real» puede predicarse «algo real»? En el caso de [8] además, se nos muestra la paradoja consistente en afirmar que no existe aquello que, a la vez, existe y no existe. Las dificultades de estas oraciones fueron ya expuestas en la antigüedad por Platón que, en un pasaje del Teeteto , concluye la existencia de todos los objetos, cuyos nombres puedan ejercer la función de sujeto en la oración. Para llevar a cabo su deducción, Platón establece una analogía entre la actividad de la mente y la de los sentidos. Escuchemos a los prota­ gonistas del diálogo: Sócrates: ¿Es posible que un hombre esté viendo algo, y sin embargo lo que ve no sea nada? Teeteto: No. ¿Cómo podría acontecer tal cosa? Sócrates: Si lo que ves es algo, debe ser algo que es. ¿O podemos su­ poner que «algo» puede clasificarse entre las cosas que no tienen ningún ser? Teeteto: No. Sócrates: Entonces, si ve algo, ve una cosa que es. Teeteto: Evidentemente. Sócrates: Y si oye una cosa, oye algo, y oye una cosa que es. Teeteto: Sí.

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