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104 VICENTE MUÑIZ RODRIGUEZ y paradojas que, sin embargo, necesitan ser analizadas y solventadas dentro de lo posible. En efecto, lo que parece claro y sencillo a primera vista en algunos de estos ejemplos va, en otros, adquiriendo visos de contradicción interna a medida que cambian de estructura. Veamos: [1] Sol. [2] Mesa. [3] Círculo cuadrado. [4] Juan lee un libro. [5] Este hombre camina sin pies ni cabeza. [6] Me gusta lo que no me gusta. [7] El rey de la Argentina es calvo. [8] El rey de la Argentina no existe. [9] El círculo cuadrado es redondo. Si analizamos estas expresiones, en [1] parece fuera de toda duda que el significado de «sol» es el «astro» a quien el término sol se refiere. Sin embargo, esta primigenia intuición tan nítida se complica en [2]. La razón reside en el hecho de que «mesa» es atribuible a muchos objetos con tal de que presenten determinadas características. Se trata, aquí, de un térmi­ no «abstracto», cuyo significado me da las notas definitorias de «mesa» y, por tanto, no concreta su referencia —como lo hace «sol»— a un objeto preciso, sino que la generaliza y puede predicarla de cualquier objeto que posea dichas notas definitorias. El significado, entonces, parece sobrepasar en contenido y extensión el hecho de la mera referencia. Si se atiende a [3], las dificultades aumentan. Todos entendemos lo que quiere decirse con la expresión «círculo cuadrado», aunque no tenga referencia alguna, ya que tal objeto no sólo no se da en el mundo, sino que es imposible su existencia por ser contradictoria su esencia. ¿En qué consistirá la entidad «significado», cuando su ser puede revelar una estructura en la que se aglutinan elementos contradictorios? Hasta ahora los ejemplos presentados poseen un denominador común: son expresiones simples. Pertenecen a la categoría del nombre que en [3] se encuentra determinado con la precisión calificativa de «cuadrado». Pero el significado es una realidad que compete también a expresiones com­ puestas, a oraciones del tipo que los ejemplos restantes ofrecen. En éstos crecen las dificultades explicativas del significado desde un punto de parti­ da que aparece —igual que en [1]— con rasgos de claridad que, poco a poco, se oscurecen. Así, mientras en [4] la realidad significativa no exhibe dificultad alguna de comprensión y sus elementos constitutivos son cohe-

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