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126 VICENTE MUÑIZ RODRIGUEZ las reglas sintácticas del lenguaje. Cuando se trata de éste, en su versión ideal lógica perfecta, la precisión es de rigor máximo. Fruto del ejercicio sintáctico ha sido el gran desarrollo del que se ha lucrado la lógica simbó­ lica contemporánea. Para que, en cambio, una proposición posea sentido semántico debe reunir algunas condiciones extralingüísticas. Es decir, ha de ser verificada. Es a esta dimensión a la que afecta el principio de verifi- cabilidad. La formulación de este principio dada por Moritz Schlick «el significa­ do de una expresión consiste en su método de verificación» se mantuvo prácticamente hasta el año 1936. Pero en este año, R. Carnap escribe un ensayo acerca de la probabilidad y el significado. Tal ensayo marca el declive de la versión neoempirista del criterio de significación establecido por M. Schlick, para cobrar auge la visión carnapiana del mismo y sus consecuencias ineludibles. Según R. Carnap, se deben distinguir dos órdenes de verificación: di­ recta e indirecta. Si un enunciado, por ejemplo, afirma algo respecto a una percepción actual, pongamos por caso «en estos momentos yo veo un cua­ dro rojo sobre un fondo azul», entonces el enunciado puede probarse directamente acudiendo a mi percepción actual. Si en estos momentos yo veo efectivamente un cuadro rojo sobre un fondo azul, el enunciado se verifica directamente a través de esta visión. Si yo no lo veo, no está verifica­ do, no está comprobado. La verificación de tipo indirecto es más impor­ tante. En este segundo caso, se trata de proposiciones que no son verifica- bles en sí mismas, pero que sí lo son mediante verificación directa de otras proposiciones ya verificadas con anterioridad. Para clarificar estas ideas, Carnap propone como ejemplo el siguiente enunciado E^ «Esta llave está hecha de hierro». Entre los diversos modos de verificar Ej se encuentra el de índole magnética. Por experiencias anteriores está comprobado que un imán atrae a los objetos de hierro. Entonces puede inferirse que «esta llave es de hierro» siguiendo este modelo de razonamiento: Ej «Esta llave está hecha de hierro» (Proposición, cuyo contenido quie­ re ser verificado). E2 «Si un objeto de hierro es colocado cerca de un imán es atraído por éste» (Dato físico perteneciente ya a experiencias comprobadas, ve­ rificadas). E3 «Este objeto —una barra— es un imán» (Dato igualmente compro­ bado y verificado por experiencias previas). E4 «La llave es ahora atraída por el imán o barra» (Conclusión que se verifica igualmente de modo directo).

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