PS_NyG_1989v036n001p0101_0139

SIGNIFICADO Y REFERENCIA 113 Ser es ser-expresión. Y toda expresión, como indica la etimología del término (ex y premo), es manifestación, revelación de lo que previamente se encontraba oprimido, prensado, oculto. Esto sólo es posible si el ser, en cuanto receptáculo de silencio, se llena de Palabra y, con la fuerza de ésta, rompe las paredes de su mudez dejando ex-puesta hacia afuera su interiori­ dad. Toda ex-presión, así, acaba en ex-posición de la voz que la contituye y configura. Quien contemple esta ex-posición y quiera llegar a aprehender la rosa de su esencia, según conocida frase orteguiana, tendrá que caminar hasta el límite verbal de su fundamento. Por este motivo, toda ex-posición cobra carácter significativo. Señala, orienta necesariamente en un sentido: el de la Palabra, pronunciada en los orígenes. Remite hacia aquello Otro que no está «ex-puesto» y, por tanto, no se ve, pero que a tergo sustenta y substancia la «ex-posición» ontològica. El mundo, el universo es voz que tan solo significa la Palabra. Por ello, está pletòrica de su significado y sentido que ni aumenta ni decrece en el tiempo. Su interioridad es idéntica a su periferia ex-positiva. En este maravilloso cosmos del lenguaje, el hombre patentiza peculiari­ dades exclusivas y específicamente propias. Además del sentido y signfica- do básico que poseen las cosas, está potencialmente cargado de otros sen­ tidos, de otros significados. Su ser-expresión conlleva múltiples acepciones. Y esto, en virtud de que su «ex-posición» es respuesta libre a la llamada original. Como respuesta libre, admite variedad de opciones en la manifes­ tación de su sentido y significado fundamental. Pero no de una vez por todas, sino construyéndolo en la medida en que realiza su discurso, su diálogo. Así, pues, lo que caracteriza a los hombres, en cuanto individuos es el hecho de que se expresan en una ex-posición de su ser intercomunicando. Con su presencia, la persona entra en conversación con los demás. Por ello, nunca para los demás resultará un extraño ni un desconocido. Todos los hombres poseen una «forma común», virtualidades lingüísticas univer­ sales a través de las cuales y según las cuales captan unívocamente las cosas. El sentido del hombre en relación con sus semejantes es un con sen­ tido que significa. Las realidades no-humanas son aprehendidas mediante este consentido que las re-presenta y que las hace re-aparecer en el lenguaje. Por tal motivo, el significado de las palabras obedece a un con sen so . La palabra «mesa» es signo o significa la realidad mesa, porque tanto el que habla como el que escucha se refieren unívocamente a ella con la prolación de la voz «mesa». Es un sentido consentido por la comunidad idiomàtica en la que tiene su lugar natural y en la que debe buscar su explicación. La palabra expresiva de la ex-posición de las cosas, dicha por el hombre, es

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz