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58 JUAN JOSE ACOSTA RODRIGUEZ Por otra parte, todo el contexto de la Prosa XI de la «Consolatio» trata de evidenciar la identidad entre el «unum» y el «bonum». Y la unidad no es, según Boecio, un atributo o posesión cualquiera para los entes, sino que se identifica con su propio ser y su propio bien sustancial. De este modo, mientras que en el «De hebdomadibus» se decía que el ser bueno por el que las cosas son lo que son se distinguía del Ser Bueno de Dios, porque aquél es «recibido» de y «fluye» de éste; aquí, por el contrario, se nos dice que la bondad de todas las cosas es una bondad «participada»; lo que implica, aunque no se exprese, que Dios es la Bondad imparticipada o subsistente de la que las demás sustancias finitas participan. Así, pues, en esta obra testamento que es el «De consolatione philosophiae», apunta por primera vez, según creo, aunque tímidamente, una doctrina que alcan­ zará su esplendor en otro pensador gemelo de Boecio en el siglo Xin: Tomás de Aquino. En resumen , y como consecuencia de nuestro recorrido a través de ciertas obras claves de Boecio, parece que podemos concluir lo siguiente: 1. El joven Boecio de los comentario a la «Isagoge» recurre a la idea de participación para expresar las relaciones onto-lógicas de los predica­ bles entre sí y la presencia o realización parcial de esas formas en los individuos o particulares. 2. La relación categorial considerada por Aristóteles viene asimilada a la participación del sujeto en una «qualitas» pura. En virtud de tal partici­ pación el sujeto se convierte en un «quale» afectado parcialmente por una «qualitas». Esta participación real justifica el que el sujeto en cuestió pueda ser denominado sin equivocación con el nombre de la «qualitas», supuesta la modificación previa de dicho nombre. No podemos, en cambio, hablar de «participación» cuando la «qualitas» es propia y exclusiva del sujeto particular, siendo la expresión abstracta de su singularidad incomunicable. 3. El Boecio maduro del «De hebdomadibus» prefiere reservar el con­ cepto de participación para indicar la relación de las sustancias con los diversos modos de ser accidentales que les afectan. 4. Finalmente, en su obra testamento y en un único pasaje de la pro­ sa XI, Boecio emplea por primera vez el término «participación» para expresar la relación trascendente entre las sustancias creadas y el Bien Sumo del que fluye el bien de todas ellas. Juan A costa R odríguez

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