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54 JUAN JOSE ACOSTA RODRIGUEZ Como se ve, Boecio ha antepuesto los «términos» y las «reglas» con que va a operar a continuación, tal como suele hacerse en las matemáticas y en las restantes disciplinas. Pues bien, vayamos directamente al axioma tercero, el primero de los nueve en que se habla de «participación». He aquí la formulación del propio Boecio: «Quod est PARTICIPARE aliquo potest, sed ipsum esse nullo modo aliquo PARTICI- PAT. Fit enim PARTICIPATIO cum aliquid iam est; est autem aliquid, cum esse susceperit»53. Parafraseemos el texto de este axioma: Algo ES («est») cuando ha reci­ bido el SER («esse»), o bien: algo es, en virtud del ser recibido. Entonces, cuando algo ya es porque ha recibido el ser por el que es, entonces y sólo entonces puede tener cabida la «participación». Adviértase: el ser mismo («ipsum esse») se recibe («suscipitur»), pero no es perticipación de nada («nullo modo aliquo participat»). Sólo tiene sentido hablar de participa­ ción en el caso de lo que ya es (quod est), de lo que ha recibido el ser por el que es tal cosa. Sólo cabe decir que lo que es participa de algo. Esta lectura del acioma es coherente con el discurso desarrollado por Boecio a lo largo de todo el opúsculo. En efecto, allí no se dice que el ser de las sustancias «participe» el Ser Primero, sino que «fluye de él»: «ipsum esse omnium rerum ex eo fluxit quod est primum bonum»54. Precisamente porque no participan del ser, tampoco participan del bien que con él se identifica, sino que son buenas en su mismo ser sustancial. Ahora bien, a ningún estudioso de Boecio se le escapa la trascendencia de este empleo específico de la noción de «participación» para comprender el significado de términos tan cruciales en la urdimbre de los axiomas como son «esse» y «forma essendi». Así, por ejemplo, la afirmación del segundo axioma «quod est accepta ESSENDI FORMA est atque consistit», leída en coherencia con la interpretación que vengo propugnando, sólo puede querer decir lo siguiente: Toda sustancia es y se constituye como un «quod est» a causa del ser que fluye del Ser Primero y que es recibido por ella. Ese ser que la constituye en su entidad es su ser sustantivo, su esencia. En un ejemplo: Un hombre «es hombre» en virtud del «ser hombre» que ha recibido de Dios, fuente de la que fluye y procede todo ser. El «ser hombre» es la forma constitutiva de una sustancia, es la forma que le confiere su ser y su consistencia, por la que es lo que es. Por eso precisa- 53. Ibid. , p. 40, 31-34. 54. Ibid., p. 46, 124-125; 48, 131-134.

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