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EL CONCEPTO DE «PARTICIPACION» Y SU ALCANCE METAFISICO... 49 sorprendente, sobre todo tras lo comprobado en las examinadas anterior­ mente, que en una obra tan extensa el término «participatio» brille por su ausencia, y sólo se haga un uso escaso y poco relevante del verbo «partici­ pare» y, dos veces, del adjetivo «participes». Esta última forma que no hemos encontrado en los comentarios estudiados anteriormente, hace su primera aparición en el Libro I, cap. 1, cuando Boecio explica el texto de Aristóteles según el cual la verdad y la falsedad son algo inherente al «inte- llectus compositus». Solamente cuando el intelecto compone lo significado por un nombre con el verbo «es» y «no es», surgen las «cogitabiles oratio- nes veritatis vel falsitatis PARTICIPES»34. De este modo, donde Aristóteles se limita a hablar de la presencia o no presencia en el alma de la verdad y de la falsedad, introduce Boecio subrepticiamente la referencia a la verdad que trasciende al discurso como tal. La verdad y la falsedad son algo más que un discurso verdadero o falso. El discurso se hace tal por la participa­ ción o no participación en la verdad. Cuando el término «participes» aparece de nuevo en el Libro IV, cap. 10, Boecio se halla embarcado en un profuso comentario a los textos del «Perí hermeneias» que hablan de las proposiciones categóricas construidas con nombre infinito. En ese contexto, y de pasada, se refiere a las afirma­ ciones y negaciones definidas y «participes» de la universalidad y de la particularidad35. Es este un significado muy amplio de la doctrina de la participación, según el cual toda predicación de carácter inclusivo implica una participación del sujeto en el predicado. En este mismo sentido se usa el verbo «participare» en el Libro I, c. 1. En efecto, al estudiar las oraciones enunciativas, razona Boecio del siguien­ te modo: Justamente porque la verdad y la falsedad se dan en las «enuntia- tiones», y puesto que tanto la afirmación como la negación PARTICIPAN por igual de la verdad y de la falsedad, se concluye que tanto la afirmación como la negación PARTICIPAN igualmente de la «enuntiatio»36. Lo cual im­ plica, a su vez, que la «enuntiatio» sea el género de la afirmación y de la negación37. De modo análogo hay que decir que las proposiciones PARTICIPAN de la cualidad y de la cantidad. De la cualidad, en cuanto afirmativas y nega­ tivas; y de la cantidad, según el número de sujetos que suponen38. Sólo que las proposiciones singulares plantean un problema especial: En efecto, 34. Cf. Ed. de Meiser, B. G. Teubner, Leipzig 1880, p. 44, 26. 35. Cf. lbid. , p. 304, 8-9. 36. Ibid., p. 18, 9-18. 37. lbid., p. 99, 5-10. 38. Ibid., p. 136, 12-16. 4

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