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LA REFORMA DE LOS ESTUDIOS FILOSOFICOS EN ESPAÑA... 27 En la mente de estos planificadores, más avanzados que la mayoría de sus colegas peninsulares, late otra convicción: que la filosofía es facultad mayor. Mas, al mismo tiempo que se declaraba la condición propedéutica del bagaje «filológico», se insistía en que, para conseguir el apetecido resultado de unos sabios eruditos y elocuentes, se precisaban cuatro cátedras de humanidades, «de necesaria asistencia», en las que había de cursarse el latín, la retórica y los rudimentos del griego hasta la sintaxis inclusive: sin haber pasado satisfactoriamente por ellos, «ninguno será admitido a matri­ cularse en filosofía, matemáticas, medicina, derechos, ni teología». No es menos sorprendente la modernidad del plan granadino por la importancia que se concede a las ciencias, consideradas tanto en sí mismas como en su relación con la filosofía —y ello, lo mismo si se trata de las matemáticas que de la física experimental. «La utilidad y necesidad del estudio de las matemáticas fue bien conocida en todos los siglos; y a pro­ porción que ha florecido se ha adelantado en las demás ciencias»23. Ya en el fallido plan de 1770 aparecía con singular relieve la conciencia de la importancia fundamental de las matemáticas, y por ello se solicitaba la erección de tres cátedras para su enseñanza, por ser «Cátedra la más útil; ...de la mayor utilidad al público y al Estado que abunden los profesores de estas ciencias, y que éstos sean en su facultad verdaderamente sabios»24. En la primera de esas cátedras deberían explicarse la aritmética, la geometría y el álgebra, con los principios del cálculo diferencial e integral. La segunda se destinaba a sus aplicaciones en arquitectura civil y militar, artillería, maquinaria, estática, hidrostática, etc. El campo de la tercera sería el de «los infinitos, y todo lo sublime de las matemáticas». Para la filosofía, sin embargo, las matemáticas tendrían el mero carácter de preliminares, no el de materia que hubieran de tratar de propósito los filósofos. 3. La reestructuración del estudio de la filosofía en el plan de 1775 Dirigiendo ahora la atención al objeto central de este capítulo, que es, como en los demás, la reorganización de los estudios filosóficos en la uni- siglo XVIII con Wolff y su escuela; y hasta la Crítica de la razón pura no es abandonado completamente el latín (Heinz HEIMSOETH, L os seis grandes temas de la metafísica occidental, Madrid ’ 1959, 18). 23. AHNC, leg. 5446, n. 1, f. 276r. 24. Ibid., ff. 207v-208.

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