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16 GERMAN ZAMORA ¿A quién debe atribuirse la paternidad de este renovador esbozo ofreci­ do a la universidad sevillana para el arreglo de sus estudios filosóficos? Sus líneas maestras se encuentran en el proyecto presentado al claustro el 10 de noviembre de 1767 por el religioso mínimo fray Francisco Javier Gonzá­ lez, catedrático prestigioso (1712-1784), y pasarían, en lo esencial, al plan definitivo de Olavide9. 3. El plan para filosofía de 1768, o «de Olavide» En el claustro general de 25 de enero de 1768 se convino que la trasla­ ción de la universidad suponía su separación formal del colegio de Maese Rodrigo y de su régimen y gobierno. Por su parte, sus estudiantes sólo podrían cursar en la universidad. Si lo primero chocaba con la lógica opo­ sición del «Colegio y sus colegiales», lo segundo infringía rancios derechos de los centros «regulares» de formación, notablemente del colegio de San­ to Tomás10. Motivos de querella no menos irritantes para los interesados contenía el documento cardinal de la reforma en Sevilla, presentado poco después por el asistente al Consejo: en él se aireaba toda la ideología iluminista en materia de enseñanza, viniendo a ser este plan la cristalización de los idea­ les de aquella «parte más sana» de la ciudad e incluso del país, a que hemos aludido repetidamente. Algunos de sus pasajes constituyen un au­ téntico manifiesto ilustrado para la regeneración espiritual de España, cuyo motor debería ser la instrucción pública impuesta desde arriba en la coyun­ tura histórica más oportuna (1767 y años siguientes): «Todos nos hemos hecho cargo —se lee— de que ésta es una crisis la más favorable que ha tenido en todos los siglos la nación, que de ella depende la pública felici­ dad, y que, si Dios quiere que se logren las iluminadas y rectas intenciones que el Consejo descubre, va toda España rápidamente a mejorarse». Para su logro apelaban a la panacea del despotismo ilustrado, en la que no ocupan lugar despreciable el sentido de la disciplina y el control rígido 9. Ibid., ff. 94v.-95v. y F. AGUILAR P iñ a l, o . c ., 178s. El P. González pudo muy bien ser sólo su presentador, pues contrasta demasiado la orientación modernista de ese plan con la protesta que elevará en 1773 contra la enseñanza teológica por el curso de J. B. Duhamel (1624-1706), quien en su Theologia speculatrix et practica juxta SS. Patrum Dogmata pertractata et ad usum scholae accommodata (París 1690-1691), se mostraba, en general, tan conciliador como, respectivamente, en su Philosophia vetus et nova , muy aplaudida por los aperturistas españoles: González y los tomistas lo acusarían de «jesuíta» en lo doctrinal, con gran disgusto de los anti-tomistas, sus patrocinadores (cf. AHNC, leg. 5477, n. 4, ff. 274-300). 10. Ibid, leg. 5478, n. 1, ff. 117-121.

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