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SACRAMENTALIDAD Y ESPIRITUALIDAD DEL MATRIMONIO 429 neotestamentarios en que se hace referencia al matrimonio podrían in­ terpretarse como otros tantos momentos de su institución como sacra­ mento 13. Pero la complicación, en nuestro caso, el del matrimonio, provenía también del hecho de que aquí se trata de un sacramento muy espe­ cial, es decir, existente desde un punto de vista fundamental desde la creación misma, allí donde Dios creó varón y mujer y uniéndolos los bendijo diciendo: «creced y multiplicaos» (Gén 1, 26-28) y «serán los ¿os una sola carne» (Gén 2, 18-24). Es decir: que el matrimonio como institución existió antes de la venida de Cristo y antes, claro está, de su elevación a sacramento: éste no fue creado «ex nihilo»: de la nada. Pero estas dificultades existían ya antes del Concilio de Florencia y, sin embargo, éste terminó afirmando que «son siete los sacramen­ tos, siendo uno de ellos el del matrimonio» 14. Que todos ellos conce­ den gracia «a los que los reciben dignamente» («digne suscipienti- b u s » )15, expresión ésta que nos parece — además de verdadera— muy evangelizadora y desde luego más acertada que la del propio Concilio de Trento, que utilizó una expresión más minimista: al decir que «los sacramentos dan la gracia a los que no ponen obstáculos» («non po- nentibus o b ic em » )18. La diferencia entre aquella expresión (del Con­ cilio de Florencia) y ésta (de Trento) es grande a favor de aquélla: en efecto, no basta no poner obstáculo para recibir gracia del sacramento e incluso el sacramento mismo, salvo en el bautismo de niños para el que fue utilizada esa expresión minimista por el Concilio de Trento. ¡Sería, pues, injusto sacar la frase desde ese contexto de niños y apli­ carlo luego a sacramentos de adultos! Y de adultos se trata en el ma­ trimonio. Como precedente conciliar (anterior a Trento) había dicho el de Florencia que el sacramento del matrimonio, junto con el del orden, además de dar la gracia, son ambos para bien público y comunitario (no sólo personal), y que hay que contraerlos [para que haya sacramen­ to válidamente contraído] «con la intención de hacer lo que hace la Iglesia»: «cum intentione faciendi quod facit Ecclesia» 11. No hemos 13. Mt 5, 28; 19, lss; Me 10, 2-12; Le 16, 18; Jn 2, lss; 1 Cor 7, 7.17.20; Ef 5, 22, 32; etc. 14. D. 695 : DS 1310. 15. D. 695 : DS 1310. 16. D. 849 : DS 1606. 17. D. 695 : DS 1312.

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