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LA PIEDAD BARROCA CONFRATERNAL EN ANDALUCIA 417 te para morir y ganar las gracias con ella se le dé, quedando de su par­ te el dar cuenta a la Cofradía de e lla 73. Cofradía sacramental que, acorde con su motivación de exaltación eucarística cultual, también en la dimensión verbal, estilística si que­ remos, se deja desbordar, hasta llegar a una cierta embriaguez de la cera esta. «Poniendo en el altar toda la cera que fuere necesario [la infra- octava del Corpus], como también para el jueves santo se ha de poblar de cera el monumento según ha sido costumbre [ . . . ] asimismo en el día de la Ascensión del Señor de tan maravilloso Sacramento se pondrá toda la cera que es necesaria [y el día de san José] poniéndose en el altar toda la cera conveniente [y en los tres de carnaval] poniendo toda la cera conveniente en el altar» 74. Pero en esa dimensión del lenguaje, de la otra hermandad eucarís­ tica, la de Luz y Vela, ¿qué más podríamos decir que añadiese algo a la elocuencia de esa su denominación misma? Consecuentemente era obligación de su tesorero 70 «hacer en tiempo oportuno el acopio de cera para todo el año comprándola de primera mano en que se logra una ventaja de consecuencia», debiendo haber además ad hoc «un her­ mano ecónomo que cuide estén siempre corrientes y de completo uso los cirios y efectos que han de servir a la consagración [ . . . ] cuidando de que se labre la cera en cantidad y tiempo convenientes bajo la regla más a propósito y que la experiencia enseña, de suerte que siempre haya existente un surtido suficiente a no temer falta» 78, suficiencia, por 73. SS 20, «de lo que es obligación de hacer la cofradía en la muerte de sus hermanos y demás de su obligación». Y continúa: «Que cuando Dios Nues­ tro Señor fuere servido de llamar para sí a cualquiera de los que hoy somos o en adelante fueren, se hayan de decir por su alma una misa cantada de requiem y diez misas rezadas en el día de su fallecimiento y en el siguiente, y se hayan de dar seis acompañados para su entierro y el paño que tenemos destinado para ello y doce cirios con niños que los lleven, y a los oficiales que son o fueren de esta cofradía veinticuatro velas para su cuerpo». 74. SS 18, «de las fiestas de esta cofradía». 75. LVS, 34-5 y 40. 76. Y la atención a la estética de esta materia, en este caso la de la sime­ tría; «la obligación de los celadores es estar con alguna anticipación a la primera hora en las respectivas iglesias, a fin de que al tiempo de descubrir estén prontos los seis cirios de la dotación, citando hermanos para que sal­ gan a este acto, entre ellos los de la primera hora, que hecha la manifesta­ ción, quedando éstos a orar, se retirarán los cuatro acompañando al preste, cuidando los celadores de que cumplida la primera hora salgan los dos her­ manos que les tocan [...] luego que en la salida de unos se restituyan los an­ teriores les recogen los cirios, llevando alternativa con cada dos en los seis para que el consumo sea con igualdad. Los celadores que les toque a la hora

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