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LA PIEDAD BARROCA CONFRATERNA!. EN ANDALUCIA 413 de liento muy limpia, y dentro de las mismas andas lo volverán a po­ ner al pie de la horca». Notemos la insistencia en la mise en scéne que este retorno o devolución lleva consigo para dar principio al último acto: Delante han de ir dos diputados de entierros pidiendo, luego han de ir doce niños de la doctrina con sus opas azules con doce cirios también azules, después nuestro secretario con el estandarte azul de nuestra hermandad, después se siguen todos los hermanos seglares en dos co­ ros en procesión con velas azules encendidas, síguense los hermanos sacerdotes también con sus velas, en medio de ellos ha de ir el Santo Cristo con su manguilla que ha de llevar un sacerdote nuestro herma­ no el que el hermano mayor eligiere puesto su bonete, después la cruz de la parroquia y los clérigos de ella y el preste, y luego las andas con el cuerpo que llevarán en sus hombros los hermanos de mayor suposi­ ción de nuestra hermandad (eligiéndolos el hermano mayor) después del preste. En medio de la hermandad han de ir gobernándola con ve­ las apagadas en las manos el primero nuestro tesorero, luego el con­ tador, luego el celador, luego el prioste, después el teniente de herma­ no mayor segundo y siguiéndole el teniente de hermano mayor prime­ ro, y el postrero (entre los sacerdotes) el hermano mayor. Y con toda decencia, silencio y devoción llegará a la parroquia, y pondrá las an­ das en medio de la iglesia, y mientras durare el oficio de difuntos esta­ rán todos en pie con sus lices en las manos, hechos dos coros desde el altar mayor hasta el coro, y las andas en medio. Naturalmente que ninguna otra escenografía exequial podía resistir el cotejo con ésta. Aunque la de los pobres al cargo de estas dos mis­ mas hermandades bajoandaluzas resultaba también de veras polícro­ ma 62, prevenidos por el portero «cinco hombres con opas azules, som­ breros azules y sus valonas blancas, los dos para llevar las andas en que ha de ir el difunto y los dos para que lleven los faroles y el otro que lleve la manguilla con el Santo Cristo, y los de los faroles llevarán las campanillas y una cesta de mimbres blanca con doce velas azules y la mortaja, hilo y aguja y caldereta de agua bendita con su hisopo», ade­ más de los ineludibles diputados de entierros pidiendo, uno delante y otro detrás de las andas «que irán cubiertas con un paño azul y dentro una sábana blanca para cubrir el cuerpo y una almohada». Pobres que eran quienes no tenían nadie que de ellos cuidara o les diera sepultura, 62. CS 15 y CA 14; notas barrocas en las preces y sufragios previstos.

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