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LA PIEDAD BARROCA CONFRATERNAL EN ANDALUCIA 407 De ahí la proliferación de sus funciones42: infraoctava del Corpus, jue ves santo, Ascensión, Inmaculada, San José, Desposorios de la Virgen y sermón los tres días de carnestolendas. Pero sobre todo los terceros domingos de cada mes, la función de minerva que todavía se llama en la mayoría de los lugares donde continúa vigente, a saber «fiesta del Santísimo Sacramento en que está manifiesto con toda decencia Su Ma jestad, diciéndose misa cantada con capa, vestuarios y órgano y proce sión alrededor de la iglesia con el Santísimo Sacramento», además de una misa cantada «con vestuarios 43 y órgano» todos los sábados y la mayor solemnidad posible y que el sacerdote que dijere dicha misa diga las tres oraciones que se acostumbran, como todos los lunes de cada semana otra «misa cantada con vestuarios y procesión en la forma que se ha practicado y practica, por los hermanos difuntos de esta cofradía y ánimas benditas del purgatorio». La solemnidad particular de esta confraternidad era por supuesto la exposición mayor del Santísimo, «el Señor de manifiesto» en el lenguaje más popular. Y hemos hablado antes del tardío barroco, debiendo reafirmarnos aquí en la evidencia de cómo el setecientos en la Europa católica es una época ambivalente —más que de transición— en la cual de un la do coexisten los nuevos vientos que hanla merecido el apelativo de Aufklärung o siècle des lumières, y de otro la tradición religiosa de raí ces medievales y consumación en el nuevo estilo esplendente y em briagador 44. Sin embargo, en la hermandad de las Tres Caídas nos encontra mos 45 con un detalle significativo de la influencia de las nuevas corrien- si como era el caso de España la comunión se les daba antes. Se trata del padre Fermín Bayona que estudió la filosofía en Laval. Apud el libro citado en la nota 3, p. 271, nota 298. 42. SS 18, «de las fiestas de esta cofradía». 43. O sea diácono y subdiácono; «con asistencia de ministros» o «minis tradas». Los días de la Inmaculada y San José se exigía además capa. 44. Cfr. el libro de Vovelle citado en la nota 7, que aunque parece soste ner la postura contraria en definitiva concluye con un interrogante. Más am plio y disperso es R . F avre , La mort dans la littérature et la pensée françaises au siècle des lumières, Lyon 1978. Por su aspecto metodológico interesan, de G. y M. V ovelle , La mort et Vau-delà en Provence d ’après les autels des âmes du purgatoire, Paris 1970 (resumida en Annales, 1969, núm. especial sobre «Histoire et Biologie»); M. V ovelle , Pieté baroque et déchristianisation en Provence au XVIIIe siècle. Les attitudes devant la mort d'après les clausules des testaments, Paris 1973; y M. A gulhon , La sociabilité méridionale. Confré ries et associations dans la vie collective en Provence orientale à la fin du XVIIIe siècle, Aix-en-Provence 1966 (rééd., Pénitents et Franc-Maçons de l’an cienne Provence, Paris 1968).
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