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406 ANTONIO LINAGE CONDE tro hermano mayor ha de nombrar dos diputados para que ayuden al prioste en el adorno de flores y olores y demás cosas necesarias». Todo ello puesto en razón «en honra de la Santa Cruz por quien vino la sa­ lud al mundo, muriendo en ella nuestro padre, hermano, Señor y Dios». Puesto en razón y nada extraordinario pero sin embargo indicativo ya en su expresión literaria de toda una sensibilidad. Bien lo sabemos com­ parativamente los hombres de nuestra generación. Una tónica que desde luego está presente tanto en el conjunto co­ mo en los detalles de todas estas hermandades del barroco tardío. Por ejemplo, salta a la vista en la propensión que tienen a cuantificar las oraciones y demás ejercicios devocionales. Así, en el ámbito de lo pri­ mero, los hermanos de las Animas de Sevilla 38 venían «obligados a re­ zar cada día diez veces el Pater noster y otras tantas el Ave María por las benditas Animas del Purgatorio y hacer cuanto bien pudiéramos por ellas para que sean nuestras abogadas»; y en el de lo segundo 39 de­ talla que en las «honras generales» del lunes infraoctavo de la Conme­ moración de los Fieles Difuntos —«lunes de ánimas» popularmente— hubiera «túmulo, vigilia y misa cantada y asimismo sermón y después procesión de difuntos y aquella mañana se dirán treinta misas rezadas en nuestra capilla por las Animas del Purgatorio», ámbitos de cuya correlación por otra parte es la mejor muestra la descripción que in­ mediatamente sigue de asistir los hermanos a la procesión en el con­ vento de San Francisco el resto de los lunes del año, debiendo rezar un tercio del rosario por las ánimas los que no pudieran hacerlo 40. Pero es la cofradía del Santísimo la que tiene una índole más cul­ tual, como era común en las de su titularidad, agregadas a la Minerva de Roma y nacidas con una motivación de pía exaltación eucarística 41. 38. AP 14, «de los sufragios que se han de hacer por los hermanos y de­ pendientes suyos». 39. AP 15, «de las honras generales por los hermanos difuntos y procesio­ nes de los lunes». 40. Los capítulos 19, 20 y 21 mandan celebrar el domingo infraoctava del Corpus, la Purificación «con lo que rindiere la finca que para este efecto dejó el señor canónigo don Juan-Manuel Suárez», el titular san Onofre y los santos Francisco, Sebastián y Roque. 41. Cfr. A. O liv a r , El desarrollo del culto eucarístico fuera de la misa, en Phase 23 (1983) 187-203. Del desarrollo y arraigo de este culto y sus repercu­ siones en la vida cotidiana tenemos un elocuente botón de muestra en la in­ comprensión de uno de los jesuitas españoles exiliados en Francia a raíz de la Revolución de Septiembre hacia una de las prácticas de sus compañeros franceses, la de comulgar en la misa, lo cual les obliga a perder tiempo al haber de dar gracias después de ella, en lugar de hacerlo durante la misma

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