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EL IRRACIONALISMO ETICO DE mTTGEN STEIN 387 nos considerados en su sentido relativo —científico— son significativos, sólo ellos nos remiten al mundo casual. La utilización de términos éti cos absolutos nos sugiere que todas las proposiciones ético-religiosas inevitablemente pretenden situarse más allá del mundo y del lenguaje significativo. Por eso al final de su conferencia leemos: «Mi tendencia total, y creo que la tendencia de todos los hombres que han intentado escribir o hablar sobre ética o religión, era arremeter contra los límites del lenguaje. Este arremeter contra las paredes de nuestra prisión es cabal y absolutamente sin esperanza»41. ¿Qué quiere decir Wittgenstein con que no hay ninguna esperanza? Que la posibilidad de que haya una ética formulada lingüísticamente es nula: la ética no puede ser cien cia; en términos del Tractatus equivale a «la ética no se puede expre sar» (6 .421); la ética, como expresión en el lenguaje de «the ultimate meaning of life», «the absolute good», «the absolute valuable», «the really important», «the life worth living» o «the right way of living» (expresiones todas ellas sustituibles entre sí, según Wittgenstein) es un «sinsentido», no nos aporta ningún conocimiento o representación del mundo de los hechos, no puede ser una teoría. De lo contrario, si pudiera ser ciencia o saber dejaría inmediatamente de poseer el carácter absoluto que según Wittgenstein le es esencial, pues frente a una teoría cualquier otra puede establecerse con la misma pretensión de legitimi dad. La negación de la ética como ciencia no es equivalente a la nega ción de la ética como experiencia, vivencia o sentimiento del hombre. Y negar la posibilidad de una ética científica o filosófica no es tampoco equivalente a menospreciar —como sí han pensado algunos positivis tas— todo aquello que se considera experiencia ética personal. Esto aparece muy claro en las últimas palabras de su conferencia en las que se asemeja la ética a una «tendencia» (tendency) del espíritu humano digna del respeto más profundo, que nos recuerda aquella consideración de «lo místico» en Notebooks como un impulso o inclinación natural (Der Trieb) del hombre. Lo dicho en este apartado nos ayuda a darnos cuenta que las tesis éticas —por decirlo de alguna manera— del Tractatus y Notebooks sub- yacen aún, diez años después, en «A Lecture on Ethics». Sobre todo, las tres experiencias ético-religiosas de las que habla Wittgenstein aquí enlazan directamente con anteriores afirmaciones suyas. Por ejemplo, es evidente que el extrañarse de la existencia del mundo o considerarla 41 . Ibidem, 12-13 ( 26 ).
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