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EL IRRACIONALISMO ETICO DE WITTGENSTEIN 383 referirse a algo existente en el mundo. Así lo indica Wittgenstein cuan­ do explica que hablar de «el camino correcto absoluto» sería algo así como decir que toda persona, al verlo, tendría que seguirlo con nece­ sidad lógica o irremediablemente se avergonzaría de no hacerlo. Lo cual, como es evidente, resulta impensable. Como vimos antes, hablar del «camino correcto» sólo tiene sentido como juicio relativo (remite a un estado de cosas tales como más corto en función de una meta o mejor condicionado para seguirlo sin graves dificultades...), en cambio consi­ derado en términos absolutos o de necesidad lógica, es un absurdo. Igualmente escribe Wittgenstein: «lo bueno absoluto, si es un estado de cosas describible, sería uno que toda persona, independientemente de sus gustos e inclinaciones, necesariamente habría de realizar o se sen­ tiría culpable de no hacerlo» 36. Y esto, como lo anterior, le parece a Wittgenstein una quimera {a chimera). Lo cual no debe entenderse, a mi modo de ver, como que Wittgenstein está negando el carácter ab­ soluto de lo ético, sino que más bien lo que está negando es la preten­ sión de formular proposiciones éticas con carácter absoluto, porque si hay proposiciones éticas, quiere decirse, en virtud de los presupuestos lingüísticos de Wittgenstein, que ellas algo tienen que ver con el mun­ do de los hechos (esto es sugerido por la condicional «si es un estado de cosas describible...). Lo que Wittgenstein, creo yo, quiere insinuar­ nos es que nadie puede «escribir», «decir» y «argumentar» el carácter absoluto de las proposiciones éticas, lo cual es muy distinto a que no se pueda «vivir», «sentir» o «mostrar» la genuina obligatoriedad abso­ luta de «lo ético» (de la voluntad de Dios o de la conciencia). Y esto, creo yo, es lo que verdaderamente quiere sugerirnos Wittgenstein cuan­ do escribe: «ningún estado de cosas tiene en sí mismo lo que llamaría el poder coercitivo de un juez absoluto» 37. El concepto de estado de cosas (State of affairs) nos remite, aunque sea por la traducción inglesa, a la terminología del Tractatus. Lo que Wittgenstein está queriéndonos indicar es que en el mundo y en la realidad fáctica (ser) no puede darse nada equivalente a un juicio absoluto y necesario (deber-ser). Si hay algo o alquien que posea el «poder coercitivo de un juez absoluto» no puede estar en el mundo, sino fuera de él. Tendrá que ser, por tanto, Dios (como garante de lo bueno) o el sujeto volitivo (como portador de la ética). Wittgenstein, por tanto, no está diciendo que no exista 36 . Ibidem, 7 ( 19 ). 37 . Ibidem, 7 ( 19 ).

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