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EL IRRACIONALISMO ETICO DE WITTGENSTEIN 3 8 1 teoría no tiene ningún valor. Una teoría no me da nada» 31. El que lo ético no pueda enseñarse se debe justamente a que para ello se necesita del lenguaje como medio de transmisión de contenidos éticos; el len­ guaje no puede hablar, según Wittgenstein, de lo que está «fuera» del mundo, y por tanto no sirve para expresar juicios de valor absoluto que todo hombre necesariamente tendría que seguir. Por eso también es difícil «predicar», porque no es posible de ninguna manera, a través del lenguaje, decir a los hombres qué es lo bueno. Esta misma idea, redactada igualmente en el año 29, se encuentra en Vermischte Bemer- kungen: «No es posible guiar a los hombres hacia lo bueno; sólo puede guiárseles a algún lugar. Lo bueno está más allá del espacio fáctico» 32. Y esto es así porque la ética se caracteriza, según Wittgenstein, por su sentido absoluto, incompatible con el único lenguaje posible, el que representa los hechos casuales del mundo. Lo que asegura el sentido absoluto de la ética es justamente la imposibilidad de enseñar («predi­ car») y explicar («fundamentar») con teorías «lo bueno». Es más, cual­ quier teoría ética lleva en su seno un menosprecio profundo —quizá inconsciente— a las exigencias absolutas de «lo ético» (Dios Hijo), por pretender hablar de lo que, en terminología tractariana, «mejor es guardar silencio» (dariiber mu$ man shweigen). No podemos pensar que el carácter absoluto de laética pueda pro­ venir de los hechos del mundo, pues esto sería una contradicción. Witt­ genstein separa drásticamente el «ser» del «deber ser» 33. De lo casual (hechos) no puede derivarse nada absoluto (ético). El sentido relativo de las proposiciones con términos éticos desemboca siempre en juicios de hechos, pero lo relativo no puede ser lo ético, pues de lo contrario la ética perdería su obligatoriedad absoluta que según Wittgenstein le es intrínseca. Que no pueda expresarse el «deber», que su formulación sea un sinsentido, nos evidencia que nada de éste tiene que ver con 31. Notes on Talks with Wittgenstein, 14 (33). 32. Vermischte Bemerkungen-Cúlture and Valué, 3 (16). 33. Esta separación total entre «ser» y «deber ser» oentre juicios des­ criptivos y juicios prescriptivos que resguarda el valor absoluto de la ética y que puede encontrarse ya implícita en las proposiciones incluidas en el 6.41 del Tractatus, la defiende Wittgenstein por los años 30 con los siguientes términos: «Cuando describo la realidad describo lo que encuentro entre los hombres. La sociología tiene que describir nuestras acciones y nuestras valo­ raciones, del mismo modo que describe, por ejemplo, las de los negros. Ella puede tan sólo informar sobre lo que ocurre. Pero en las descripciones de los sociólogos nunca debe darse una frase como 'Esto y aquello constituyen un progreso’...» (Notes on Talks with Wittgenstein, 13 (31).

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