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EL IRRACIONALISMO ETICO DE WITTGENSTEIN 375 campo de «lo sobrenatural», de «lo místico» —en términos del Trac- tatus— y querer evitar así las defensas racionales de lo bueno que más bien desvirtúan su profundo carácter absoluto. Por tanto, Wittgenstein no sólo quiere indicarnos que la religión «repugna» cuando intenta dar razones de sus mandatos y exigencias morales, cuyo carácter absoluto proviene de Dios, sino que además considera desmesurado el intento de presentar justificaciones y razones de nuestro obrar al margen de algo previo ya aceptado (una creencia, sea o no religiosa). Así escribía pocos meses después de sus conversaciones con Schlick y Waismann: «Nada de lo que uno hace puede defenderse finalmente. Sino sólo en relación con algo distinto ya establecido. Es decir, no puede darse nin guna razón de por qué debe obrarse así (o debió obrarse así)» 23. Esta misma tesis de Wittgenstein sobre la imposibilidad de dar ra zones de nuestro obrar también es una constante en su pensamiento ético; aparece implícitamente reconocida en algunas proposiciones de Notebooks antes mencionadas, en «A Lecture on Ethics» —como pron to se verá— y también en las conversaciones que entre los años 42-45 mantuvo con Rush Rhees 24. Este amigo suyo cuenta que al plantearle a Wittgenstein el problema moral de un investigador que tiene que de cidir si abandona o no a su mujer por estudiar la enfermedad del cán cer, su respuesta fue que tal problema no tenía solución alguna al mar gen de adoptar un código moral determinado. El investigador podrá siempre darse las justificaciones que quiera, tanto para abandonar a su mujer en favor de un hipotético bien de la humanidad, como para que darse con ella y rechazar el campo científico. Con esto, lo que quiere decir Wittgenstein es que no hay posibilidad de argumentar a favor o en contra de ningún «problema» moral sin aceptar previamente un sis tema ético determinado. Por ejemplo, dice Wittgenstein, si se acepta la ética cristiana —y por tanto la indisolubilidad del matrimonio— la cuestión está bastante clara: el científico sabe y cree que no debe aban donar a su mujer, en consecuencia, carece totalmente de sentido plan tearse tal problema moral. Sin embargo, no sólo mantiene Wittgenstein esta tesis, sino que considera también que carece de sentido plantearse qué ética será la más adecuada para solucionar el conflicto moral del investigador. No hay posibilidad de situarse fuera de todo sistema ético y juzgar desde un lugar privilegiado cuál de ellos responde mejor a un 23. Ibidem, 16 (38). 24. Serme Developments in Wittgensteiris View of Ethics, en Philosophical Review LXXIV (1965) 17-26.
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