PS_NyG_1988v035n003p0341_0391

EL IRRACIONALISIMO ETICO DE WITTGENSTEIN 343 de los pensamientos; porque para trazar un límite al pensamiento ten­ dríamos que ser capaces de pensar ambos lados de este límite, y ten­ dríamos por consiguiente que ser capaces de pensar lo que no se puede pensar. Este límite, por lo tanto, sólo puede ser trazado en el lenguaje y todo cuanto quede al otro lado del límite será simplemente un sin- sentido». El propósito de su libro queda perfectamente fijado desde el principio: su objetivo es estudiar la «expresión» del pensamiento y desde ahí controlar el pensamiento posible, o, lo que es lo mismo, el lenguaje significativo. Por tanto, si el joven Wittgenstein pretende tra­ zar límites al pensamiento a través de sus expresiones, y un tipo de pensamiento es el que versa sobre los problemas morales, quiere decir­ se que, inevitablemente, la «teoría» ética debe ser objeto de delimita­ ción, que ha llegado la hora de revisar si realmente puede ser «pensada» y por tanto «expresada». Este, que podría ser uno de tantos aspectos del pensamiento a de­ limitar, es precisamente, según indica el mismo Wittgenstein en una conocida carta que envió a su amigo editor von Ficker, el que se con­ vierte en el propósito fundamental de todo el Tractatus. Veamos cómo en 1919, una vez concluida la redacción de su libro, le otorga un sen­ tido ético que, a efectos de lo que diremos posteriormente, tiene una importancia capital: «E l punto central del libro es ético. En cierta oca­ sión quise incluir en el prefacio una frase que de hecho no se encuen­ tra en él, pero que la transcribiré para usted aquí, porque acaso en­ cuentre en ella una clave de la obra. Lo que quise escribir, pues, era esto: Mi trabajo consta de dos partes: la expuesta en él, más todo lo que no he escrito. Y es esa segunda parte precisamente lo que es importante. Mi libro traza unos límites de la esfera de lo ético desde dentro, por así decirlo, y estoy convencido de que ésta es la única ma­ nera rigurosa de trazar esos lím ites...»2. Queda, según esto, perfecta­ mente claro que lo que más interesaba a Wittgenstein al redactar el Tractatus era justamente lo que no podía ser expresado con lenguaje significativo: la ética. Con este silencio podemos suponer que su inten­ ción principal consistía en alejar lo más posible el mundo moral de la ciencia positiva (la única que es expresable según sus presupuestos lin­ güísticos). Pero de todo esto hablaremos más tarde. Ahora sólo inte- 2. Ludwig W ittgenstein , Briefe an Ludwig von Ficker, en Brenner Stu- dien, vol. I, 35. Algunos comentarios muy interesantes para el tema de la ética sobre este y otros escritos de Wittgenstein pueden leerse en A, J anik - S. T oulm in , La Viena de Wittgenstein, Madrid 1974, 243-253.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz