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EL IRRACIONALISMO ETICO DE WITTGENSTEIN 367 tos, sino «la buena vida» (das gute Leben), desde la perspectiva de eternidad, es decir, descubrir su sentido que, como sabemos, no se en­ cuentra en el mundo, sino fuera de él. La ética, al dar sentido a las vi­ das de los hombres, las eterniza, confiriéndoles un valor absoluto. Y lo místico, en cambio, contempla la totalidad del mundo como un «to­ do limitado» ( begrenztes Ganzes). Esta forma de ver el mundo en rea­ lidad no es otra cosa que el ser conscientes de la imposibilidad de que la ciencia — que nos representa sus partes, es decir, el «cómo» (wie die Welt ist) — ofreza un sentido al mundo y a la vida; o dicho con otras palabras, el ser conscientes del fracaso de la ciencia para explicarnos por qué el mundo existe. «Lo místico» es contemplar el mundo sin pre­ tensiones científicas, como un todo limitado. El milagro no es cómo son las cosas, pues de esta manera observa la ciencia el mundo solucionan­ do todos los problemas, sino que lo milagroso es el hecho de que el mundo exista, que haya ser. Escribe Wittgenstein: «El milagro esté­ tico es la existencia del mundo. Que exista lo que existe» (20.10.16). Aunque estas proposiciones se refieren a la estética, en virtud de la semejanza estética-ética-místico, podríamos decir que para Wittgenstein «lo místico» es «que exista lo que existe», el milagro ( wunder) de que haya mundo, la contemplación del mundo como un todo cuya existen­ cia resulta milagrosa y sorprendente. Pero para Wittgenstein «lo místico» no sólo es un tipo de visión metafísica, sino también un sentimiento ( Das Gefühl) humano. Y en­ tramos así en la vertiente antropológica de este concepto. El hombre puede contemplar el mundo como un todo limitado, pero además, el hombre tiene la facultad de «sentir» su mundo y su vida como radical­ mente limitados, finitos; sentimiento de finitud13 indispensable para acceder a «lo místico», para comprender el sentido de mi vida, que no está en el mundo sino «fuera» de él. Recordemos que para Wittgenstein «creer en Dios quiere decir ver que la vida tiene un sentido» (8.7.16) y que «pensar en el sentido de la vida es orar» (11.6.16). La oración ( Das Gebet) y la creencia ( Der Glaube) emergen fundamentalmente de un determinado sentimiento y toma de posición del sujeto volitivo frente al mundo. Para que «lo místico» pueda ser accesible al sujeto es nece­ sario que la toma de posición de su voluntad frente al mundo sea la de 13. La afirmación, correcta a mi juicio, de que «lo místico» (la ética, la estética, la religión) se «muestra» en el sentimiento de finitud ha sido entre nosotros defendida por J. H ierro P escador en su obra Principios de Filosofía del Lenguaje, 2, Teoría del significado, 89 y 99.

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