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PRESENCIA EN ESPAÑA DEL NEOKANTISMO 213 de la paz, ¿cómo podrán prevenirse contra el peligro de que ese poder único se haga tiránico y sea necesario derribarlo?; y en segundo lugar, que la paz sería muy cara al precio de la independencia y la dignidad moral de las naciones. Para salvar estos obstáculos Flint concluye que el medio más razonable y útil para conseguir la paz es la elección de árbitros encargados de juzgar las diferencias internacionales. Sin em­ bargo, reconoce que este medio no puede suprimir completamente la guerra y hasta puede motivarla en algunas ocasiones, porque la guerra tiene su origen en las malas pasiones y cesará cuando en todas las na­ ciones se observe la ley del deber. 3. E l o b j e t o d e l a f i l o s o f í a y s u r e l a c i ó n c o n l a s c i e n c i a s Sobre este tema tenemos que referirnos, en primer lugar, a otro artículo de Perojo, titulado «Objeto de la Filosofía en nuestros tiem­ pos» 9, en el que además volvemos a encontrar una prueba de su vincu­ lación doctrinal al pensamiento de Kant desde una perspectiva crítica. Perojo se plantea el problema de si la filosofía es una ciencia. Re­ cuerda que, aunque hasta hace poco la filosofía ha sido la ciencia única que todo lo explicaba, sin embargo se trataba de una época en que real­ mente no había ciencia y no lo era por tanto ni la misma filosofía. Más tarde, cuando las ciencias particulares empezaron a independizarse de la filosofía, a ésta le resultaba imposible ser una ciencia pues se quedó sin objeto y sin objeto no puede haber ciencia. Se quedó sin objeto porque el suyo era la explicación de las cosas, pero ese fue también el objeto de las ciencias experimentales. Ante esta situación será Kant el primer filósofo que proporciona un verdadero objeto a la Filosofía y, por tanto, el primero que intenta darle un carácter científico. Kant se encuentra con que las ciencias te­ nían sus objetos: el conocimiento de los hechos, de sus leyes y relación, pero faltaba una ciencia que explicara precisamente la efectividad de las otras ciencias. De esta manera el objeto de la Filosofía dejó de ser una explicación de las cosas y se convirtió en una «explicación del conoci­ miento de las cosas». Perojo afirma que todas las filosofías anteriores a Kant eran dogmáticas y suponían la posibilidad del conocimiento, pero Kant sometió a crítica ese conocimiento dogmático, abriendo un cauce científico a la filosofía y acabando con la época de los sistemas especulativos y autosuficientes. 9. R.E., T. IV, núm. 70, 27-VI-1875, 641-650.

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