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208 IGNACIO DELGADO GONZALEZ miento del estado en esa época de la cultura alemana. El ve como un hecho positivo la existencia en Alemania de muchas y variadas direc­ ciones filosóficas porque piensa que, cuando las escuelas filosóficas pier­ den sus propias fuerzas y dependen de la supremacía de una sola es­ cuela, el movimiento filosófico deja de ser un trabajo producido para la investigación de la verdad y se reduce a la elaboración del pensa­ miento individual. En Alemania, en contraste con el —a su juicio— exclusivismo anticientífico creado en España por el Krausismo, se huye de la falsa unidad producida por la supremacía de un único sistema y se trabaja al margen de los moldes intelectuales llamados hegelianismo, fichtianismo o Krausismo. Perojo se identifica claramente con el neokantismo al reconocer que todas estas direcciones de la filosofía alemana contemporánea se diri­ gen hacia un mismo punto de partida: el pensamiento de Kant. Con esta afirmación no pretende sostener que todos los filósofos posteriores hayan sido meros continuadores de la obra de Kant, sino más bien que éste ha sellado con sus ideas la labor intelectual de las generaciones siguientes. De esta manera, los que constituyen la corriente idealista (Fichte, Schelling, Hegel, Baader, Krause) y sus opuestos (Jacobi, Hart- mann, Herder) desarrollan el problema Kantiano en lo referente al co­ nocimiento. La dirección de los llamados «pesimistas» (Schopenhaner, Fraunstaedt, Ascher y Bahnsen) están unidos a Kant por la cuestión de la relación entre la voluntad y la naturaleza esencial de las cosas. Por otra parteólos herbartianos (Herbart, Wundt, Lotzet, Drobisch, Waitz, Lazarus, Steinthal) parten de la fenomenalidad del pensamiento demostrada por Kant. Finalmente, la escuela naturalista-científica (Hel- mholtz, Virchow, Fechner) ha ido a parar a las conclusiones trazadas por Kant y ha tenido el honor de haber hecho renacer el estudio del criticismo y de rehacer la unión constructiva de la filosofía con las cien­ cias naturales. Como señales de este renacimiento kantiano apunta tam­ bién Perojo algunos trabajos contemporáneos, como la «Historia del Materialismo» de F. A. Lange, la «Psicología» de J. Bona Meyer, la «Teoría de la Experiencia» de H. Cohén, la «Lógica» de Reichlin Mel- degg, los de Whit, Liebmann, Germar y otros muchos. La conclusión de Perojo al final de su artículo es que el movimien­ to filosófico alemán revela su origen kantiano, porque la obra de Kant es el fundamento para la edificación del pensamiento en todas sus es­ feras. Por último, Perojo rubrica su artículo recordando las palabras

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