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PRESENCIA EN ESPAÑA DEL NEOKANTISMO 219 inorgánica dependiente de causas mecánicas y otra orgánica subordina­ da a causas que tienen conciencia del fin propuesto. En diferentes pa­ sajes de sus obras está afirmada la necesidad de admitir una explicación mecánica para todos los fenómenos naturales. Pero, tratándose de los seres orgánicos, la inteligencia humana no puede llegar hasta las verda­ deras causas de los hechos y es necesario estudiarla desde un punto de vista teológico. Sin embargo, Haeckel destaca la existencia de otros pa­ sajes donde Kant formula las ideas fundamentales que aparecerán en la teoría genealógica. (En este sentido cita un extenso pasaje de la Meto­ dología del juicio teleológico [1790] en la Crítica del juicio [Párrafo LXXIX]). Haeckel termina reconociendo que, a pesar de estos textos, la obra general de Kant adopta un punto de vista teleológico. 5. V is ió n c r ít ic a d e l N eokantismo Otro notable filósofo hegeliano, el cubano Rafael Montoro, muy co­ nocido por sus intervenciones en el Ateneo de Madrid, y primer redac­ tor de la «Revista Contemporánea» dirigida por Perojo, escribió un artículo en el que critica algunas ideas neokantianas de su paisano Perojo 17. Señala Montoro las inconveniencias de resucitar de nuevo las ideas de Kant que han sido superadas por los pensadores posteriores. Por otra parte, rechaza la afirmación de Perojo de que la filosofía carecía de objeto para competir con las ciencias experimentales y sostiene que el objeto de la filosofía no es meramente la explicación de las cosas, sino la verdad en su aceptación más elevada, es decir, Dios, lo absoluto. Este objeto de la filosofía es real, es lo real por excelencia y las cien­ cias experimentales no pueden usurpar su objeto a la Filosofía. Después reconoce que no se pueden negar los merecimientos de Kant que, contra los empíricos y escépticos, hizo volver la filosofía al pensamiento y con su crítica puso las bases para los grandes pensadores posteriores (Fichte, Schelling, Krause, Hegel). Pero tampoco se puede pretender que no se debió pasar de Kant y que estos sistemas poste­ riores no han aparecido en la historia de la filosofía en virtud de una imperiosa necesidad. Montoro piensa que volver a Kant es reproducir la crítica y esto equivaldría a suprimir las aportaciones fundamentales de los sistemas posteriores, haciendo surgir de nuevo los problemas que fueron resueltos por otros. Es inútil declarar que la razón es im­ potente para resolver las cuestiones fundamentales y que su único cam- 17. R.E., T. V, núm. 86, 17-X-1875, 630-639.

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