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PERCEPCION Y LENGUAJE 189 de la aprehensión de los datos. Los objetos materiales no nos son da­ dos, los constituimos activamente a partir de ingredientes recibidos pa­ sivamente. 3. La DESCRIPCIÓN «ULTIMA» DE LOS DATOS SENSORIALES Es claro que si pudiéramos refutar esta teoría, con ello refutaría­ mos la posición más estricta de la teoría causal. El supuesto de ambas es que un aspecto esencial de la percepción consiste en la apercepción pasiva de algún dato. Ahora bien, hemos de preguntarnos si el dato sensorial mismo no es constituido activamente, si diferentes personas que tienen el mismo dato no pueden proporcionar distintas versiones del mismo. Una tesis fundamental de la teoría de los datos sensoriales es que éstos se tienen o se sienten inmediatamente sin error y por ende se co­ nocen con certeza absoluta. Pero siendo esto así, ¿no implica que es po­ sible una descripción absolutamente correcta de un dato sensorial? Naturalmente existen ciertas posibilidades empíricas de error — un «lap­ sus linguae», un uso incorrecto del lenguaje, ignorancia o deficiencia de vocabulario...— . Sin embargo, dada la erradicación de estas dificulta­ des prácticas y otras semejantes, ¿se sigue que es posible una descrip­ ción absolutamente correcta de un dato sensorial? La respuesta tiene que ser afirmativa, ya que la erradicación de todas las dificultades prác­ ticas, en particular las lingüísticas, no es sino la erradicación de todas las dificultades en el modo de expresar con palabras lo que se conoce. Y si lo conocido se conoce sin posibilidad de error, así será la descrip­ ción de lo conocido. La tesis del conocimiento inmediato de los propios datos sensoria­ les encierra aún otro aspecto. Decir que conozco mis impresiones inme­ diatamente es decir que no hay ninguna laguna entre el objeto de mi conocimiento y mi experiencia de él. Si yo me apercibo de un círculo rojo rodeado de puntos azules, mi dato sensorial será entonces por de­ finición un círculo rojo rodeado de puntos azules. De hecho, lo que creo ver es lo que veo — en el sentido de «ver» referido a mi dato senso­ rial— . Lo que hay en mi experiencia del dato está en mi dato y lo que no está en mi experiencia no está en el dato, porque éste es simplemen­ te lo que experimento. De ello se sigue que mi conocimiento del dato sensorial debe ser completo y que ninguna parte del objeto de este co­ nocimiento puede ser no experienciada o desconocida.

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