PS_NyG_1988v035n001p0181_0203

182 MARIA DEL CARMEN PAREDES MARTIN nosotros, estas dos posibilidades pueden describirse así: por una parte, podemos convenir con otros sobre lo que tenemos delante, pero aplicar una palabra que ellos no aplicarían a tal objeto, porque discrepamos sobre las reglas que gobiernan el correcto uso referencial de la palabra. Por otra parte, podemos estar de acuerdo sobre tales reglas y sin em­ bargo aplicar una palabra que los demás no utilizarían, poique discre­ pamos acerca de lo que está ante nosotros. De lo anterior se desprende que el acuerdo sobre los significados — o definiciones— de palabras es una base insuficiente, aunque nece­ saria, para la comunicación y por consiguiente para un lenguaje común. Necesitamos además el acuerdo sobre la percepción. A este respecto, Wittgenstein afirma: «Si un lenguaje ha de ser medio de comunicación debe haber acuerdo no sólo en la definición, sino también — aunque pueda parecer extraño— en los juicios» 1. Puesto que la comunicación, y por extensión un lenguaje común, depende en tal sentido del acuerdo perceptivo, y dado que el correlato de este acuerdo es un mundo común, al plantear cómo es posible el acuerdo perceptivo nos estamos remitiendo indefectiblemente a un pro­ blema central de la fenomenología, esto es, al de cómo es posible un mundo común. 1. L a s it u a c i ó n l i n g ü í s t i c a Para abordar el problema de cómo es posible un mundo comparti­ do, en cuanto requisito previo de un lenguaje común, tendremos en cuenta en primer lugar diversos intentos de establecer las líneas funda­ mentales de una teoría del significado que incorpore como parte inte­ grante de la misma el elemento perceptivo de la comunicación. Por lo tanto, puesto que la percepción tiene como correlato lógico aquello que es percibido y puesto que lo que cada uno percibe — en el sentido am­ plio que estamos dando a «percibir»— es la situación propia, puede tratarse el elemento perceptivo de la comunicación en términos de las situaciones de aquellos que se comunican o intentan comunicarse. En efecto, este es el tipo de razonamiento que siguen las teorías que vamos a considerar. En ellas se introduce el elemento perceptivo en términos de la situación del hablante y la del oyente. 1. L. W ittgenstein , Philosophical Investigations, Oxford 1976, 88.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz