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PERCEPCION Y LENGUAJE 199 este asunto, Alston entiende que «la expresión "Tu hijo está enfermo” producirá en el oyente una disposición a ver a su hijo si es que se pre­ ocupa por él, si no está físicamente impedido para hacerlo, si no tiene escrúpulos religiosos contra lo que implica realizarlo... No está total­ mente claro que de hecho podamos completar la lista» 22. En defiinitiva, por muy compleja que sea una concepción conduc- tista y sea o no explícitamente causal, debe fundarse en el hecho de la constitución, que prohíbe la definición de una situación en términos puramente conductistas. Definir una situación a efectos semánticos en­ trañará pues definir o circunscribir no sólo la situación física, sino tam­ bién la capacidad constituyente que se requiera del usuario del lengua­ je. Pero esto no es posible, simplemente porque la lista de las constitu­ ciones perceptivas que pueden llevarse a cabo así como las que han de ser evitadas es infinita. De hecho, no puede establecerse la descripción de los aspectos relevantes de la situación lingüística invocada por aque­ llos teóricos con los que iniciamos estas reflexiones. 5 . L i b e r t a d p e r c e p t i v a y a c u e r d o l i n g ü í s t i c o Se ha visto que el acuerdo sobre el significado de las palabras es una base insuficiente para la comunicación y por consiguiente para un lenguaje común. Lo que necesitamos además de esto es el acuerdo en la percepción, es decir, un mundo compartido, por cuanto «imaginar un lenguaje significa imaginar una forma de vida» 23. Sin embargo, hemos dicho que un estado físico de cosas presente ante nosotros en la percepción no puede obligarnos de modo causal a verlo de un modo determinado. También hemos insistido en la esencial actividad libre que interviene en la percepción y en el hecho de que podemos ver el mundo de infinidad de modos. Pero al hacer esto parece que hemos puesto de relieve la ausencia de lo que es precisamente el elemento indispensable de un mundo compartido. Porque si somos libres de ver el mundo bajo un número indefinido de perspectivas, ¿qué garan­ tía tenemos de verlo del mismo modo que otros, de compartir un mun­ do con ellos, con la consiguiente posibilidad de compartir un lenguaje? La principal dificultad de la libertad perceptiva se presenta a la hora de exponer cómo es posible un lenguaje común. Así pues, tenemos que determinar claramente lo que entendemos por libertad perceptiva. Ade- 22. W. P, A ls to n , Philosophy of Language, Englewood Cliffs 1964, 30. 23. L. WlTTGENSTEIN, O. C., 8.

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