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198 MARIA DEL CARMEN PAREDES MARTIN piado» no es una relación causal. El contexto es meramente aquella situación en la que estoy preparado para utilizar la palabra y utilizar una palabra en dos ocasiones diferentes, con el mismo significado, su pondrá, según lo visto, que hay importantes semejanzas entre ambos contextos, es decir, que los contextos o situaciones deben ser iguales en aspectos importantes. En vista de lo que hemos desarrollado hasta ahora, es preciso ad vertir que lo que cuenta como «el mismo contexto» o «la misma si tuación» es, obviamente, no una constante física sino una constante humana. El mismo contexto equivale a la misma constitución. Esto plantea problemas tremendos para posiciones conductistas como las de Bloomfield, porque la tesis fundamental de la versión conductista es precisamente que todo debiera ser observable públicamente. A pesar de todo, aquí no queremos hablar de una situación física. Hemos vuelto al hablante y ahora la situación se torna aún más compleja, porque los hablantes tienen motivaciones, intereses, problemas y todo ello es sig nificativo cuando se trata de constituir una situación. Como es de esperar, el conductista nos dice que el modo como al guien constituye una situación se pone de manifiesto en su conducta y asimismo su modo de usar la palabra «y» se hará patente a partir de su conducta. Pero entonces hemos de preguntarnos qué es lo que cuen ta como su conducta. Lo que hace antes de decir «y» es pertinente y por ende lo que hace después de decir «y» es significativo. Pero, ¿có mo medimos el antes y el después?, ¿es importante lo que hizo hace diez años?, ¿lo será lo que haga dentro de diez años? Y, ¿qué habrá ocurrido entonces con nuestro contexto, con nuestra situación? ¿He mos de considerar como contexto de una expresión la vida entera de este hombre, toda su historia cultural, toda acción que haya llevado a cabo y toda acción que realice en el futuro? Si se nos dice que sólo se requiere lo que es «relevante», lo admitimos; pero no se nos ha dado un criterio de relevancia. En cierto modo, la tarea de las huma nidades en su conjunto podría considerarse como la de dar cuenta de lo que es relevante. Las mismas deficiencias han de estar presentes en una visión dis- posicional como la de Morris. Las disposiciones que origina o instiga una expresión son dependientes de la situación en la cual la expresión se pronuncia, como admiten Morris y otros. Hemos visto que es im posible definir esta situación en términos abiertamente conductistas. Y limitar la situación al presente físico es en todo caso imposible. Sobre
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