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196 MARIA DEL CARMEN PAREDES MARTIN jetos. Por otra parte, no hay límite al número de objetos que podemos «constituir» a partir de los mismos elementos. El mundo visto no tiene por qué ser el mismo para todos. Estas conclusiones se encuentran refrendadas por una concepción completamente distinta de lo que aquí hemos llamado constitución ac­ tiva. En su análisis del fenómeno de buscar a alguien, Sartre 18 mues­ tra que ver no es tan sólo ver lo que está ante nosotros —dejando a un lado ilusiones y alucinaciones— , sino también ver que algo o al­ guien está ausente. Podemos ver una ausencia; podemos ver algo co­ mo faltándole alguna otra cosa. Si ver que X no estaba allí fuera asun­ to de recapitular la escena y luego juzgar que X no estaba allí, entonces el hecho de ver la escena sería el mismo, ya se tratara de juzgar que Wellington no estaba allí o que fuera Pedro quien no estaba. Pero, se­ gún Sartre, cuando por ejemplo busco a Pedro en un café, mi acto de ver el café está intrínsecamente vinculado al hecho de que estoy bus­ cando a Pedro. Veo al café como un lugar en el que Pedro puede estar, no lo veo como un lugar en el que Wellington puede estar. Así tam­ bién, lo veo como no conteniendo a Pedro, pero no como no contenien­ do a Wellington. Este «ver-como» es un aspecto fundamental del pro­ pio acto de ver 19. Pero como el café es el mismo en ambas actividades —cuando bus­ co a Pedro y cuando busco a Wellington— no puede ser que los obje­ tos que se encuentran ante nosotros, el café físico y los objetos que contiene, determinen actualmente nuestra percepción. Para Sartre esto es de suma importancia, porque muestra nuestra capacidad para dis­ tanciarnos del mundo que tenemos ante nosotros, incluso en la per­ cepción. Vemos el café como trasfondo de Pedro, lo cual es diferente de verlo como trasfondo de Wellington, o de un camarero, o de un can­ tante. Por esta razón Sartre sostiene que no puede afirmarse que somos totalmente pasivos en la percepción. Puesto que los objetos que están ante nosotros siguen siendo los mismos, no pueden explicar nuestras percepciones divergentes sobre ellos. Este doble aspecto de ver que consiste en: a) ver una escena como X, lo cual implica b) distanciarnos de la escena y convertirla en trasfondo, es ampliado por Sartre a ámbitos muy distantes de la percepción visual. 18. J.-P. S artre , L'être et le néant, Paris 1943. 19. Ibid., 44-45.

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