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PROBLEMAS ONTOLOGICOS DEL LENGUAJE 163 damental del espíritu humano. Surge, así, la República Literaria como nuevo concepto que trata de expresar la comunidad internacional de to dos los hombres, integrados en el cultivo nobilísimo del saber. Los in tentos más destacados en la creación de esta lengua universal de la República Literaria corren a cargo de Pedro Bermudo ( Aritmeticus no menclátor mundi omnes nationes ad linguarum et sermonis unitatem invitans, en Roma 1653), del médico maguntino Juan Joaquín Becher (1661) y Atanasio Kircher (1660). Estos proyectos fueron reformados por Leibniz, en su época de juventud, pero sin que pudiera resolver el profundo inconveniente que los hacía estériles: con ellos podía llegarse a una comunicación más o menos universal, pero siempre circunscrita a la escritura. Intentos más serios que miraban a la nueva lengua uni versal en esa doble vertiente oral y escrita fueron llevados a cabo por los escritores ingleses George Delgarno (1661) y John Wilkins (1668). El primero publicó en Londres, en la fecha citada, su Ars signorum vulgo eharacter universalis et lingua philosophica, y el segundo, tam bién en Londres y en la fecha citada, An Essay toward a Real Charac- ter and a Philosophical Language, with an alphabetical Dictionary. Leibniz, inspirándose en estos proyectos ingleses, concibió una segun da manera de realización del lenguaje universal fundamentándola en el análisis lógico que se conserva en un manuscrito inédito, descubierto por L. Couturat. Este autor francés, en su obra Opuscules et jragments inédits de Leibniz, Alean, París 1903, en su capítulo tercero ofrece de talladamente estos diversos intentos, junto a la formulación leibniziana del manuscrito inédito en las últimas páginas. No puede por menos de jar de citarse aquí la tarea que con estos mismos propósitos, con un sentido más original y nuevo, propuso en el siglo XVIII el P. Martín Sarmiento y de la que nos da exacta cuenta Fernando Lázaro Carreter en Las ideas lingüísticas en España durante el siglo XVIII, CSIC, Ma drid 1949, 118ss. Cuando las gramáticas vulgares se encuentran en la necesidad de fundamentar su dogmatismo, hacen de la lógica su más poderoso auxi liar, como para la lengua latina había hecho el Brócense con su Minerva. Lo interesante, para la Filosofía del Lenguaje, en todos estos proyectos de la República Literaria y en la fundamentación dogmática de las len guas vulgares, reside en que se mantiene la visión isomórfica ya indi cada varias veces entre realidad, lógica y lenguaje. El modelo más típico de esta clase de gramáticas en donde la corrección idiomàtica depende de la corrección lógica y ésta de la captación metafísica del ser como
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