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178 VICENTE MUÑIZ RODRIGUEZ wittgensteiniano, aunque en ambos se mantiene la concepción especu lar del lenguaje. En el Tractatus Logico-Philosophicus, el hecho atómico es la com binación determinada de las cosas u objetos. Estos son la sustancia del mundo. Lo fijo e invariable, pero también lo incognoscible o, mejor, lo impensable en sí. Lo único que puede conocerse de las cosas u ob jetos es la estructura de combinación que poseen: el hecho atómico. Su posibilidad de pertenecer a un hecho atómico da la posibilidad de estructura de dicho hecho. El conjunto de los hechos atómicos existen tes y no existentes es la realidad. A esta concepción del mundo corresponde, en el plano intelectual, el de la figura lógica. La figura representa, en el espacio iógico, la es tructura o figuración de las cosas. Es, por ello, modelo de la realidad. Los elementos de la figura están en ésta en lugar de las cosas u objetos. Y la figura consiste en esto: en que sus elementos están combinados uno respecto a los otros de un modo determinado. Pero la figura re presenta la realidad. O mejor, la forma de ésta: una posibilidad de exis tencia o no existencia del hecho atómico. Por esto, para conocer la ver dad o falsedad de una figura lógica ha de compararse con la realidad. Ha de verificarse o hacerse verdadera. Ha de falsificarse o hacerse fal sa. Cuando la configuración lógica concuerda con la estructura de un hecho atómico existente, es verdadera. Cuando no concuerda, es falsa. El lenguaje, en la proposición, expresa el pensamiento haciéndolo perceptible a los sentidos. Expresa, pues, la figura lógica de los hechos. Por esto, los elementos del signo proposicional corresponden a los ele mentos del pensamiento y su articulación refleja la configuración lógir ca. Wittgenstein denomina los elementos del signo proposicional «sig nos simples» o «nombres». Según sucedió en la configuración lógica, los nombres no indican qué son las cosas, sino cómo son. A la configu ración de los signos simples en el signo proposicional corresponde la configuración de los objetos en el estado de las cosas. El signo propo sicional no es la estructura de las cosas. Y si las representa, es porque representa su configuración lógica. Como en el triángulo tan conocido de Ogden y Richards, la figura lógica ocupa, para Wittgenstein, la cús pide de una pirámide triangular, cuyos ángulos laterales están forma dos por la estructura del hecho atómico y por la estructura de la pro posición. Hecho atómico y proposición se corresponden, por decir re lación común a la figura lógica.
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