PS_NyG_1988v035n001p0159_0180

170 VICENTE MUÑIZ RODRIGUEZ y aquello otro». Y así sucesivamente. En todo hecho atómico, pues, hay una propiedad o una relación, más una o varias entidades que son, res­ pectivamente, sujeto de aquella o ésta. A tales entidades, Russell las denomina «particulares». Lo que en la proposición corresponde a una propiedad es el predicado. Lo que expresa una relación suele ser un verbo, o a veces, toda una frase. Y lo que corresponde a un particular es el sujeto, que tiene que ser un nombre propio, en razón de que la única manera de hablar de un particular es nombrarlo. Como puede observarse, el análisis de Russell descubre la identidad de la íorma lógica entre la proposición o juicio de la mente y su enun­ ciado lingüístico en la oración. Esto le conduce a la afirmación de que el mundo, la realidad está, a su vez, constituida por «hechos atómicos», o correlatos coincidentes en su estructura con la forma lógica del juicio y de su oración gramatical correspondiente. Se da, pues, una perfecta isomorfía en el lenguaje ideal lógico perfecto entre hecho atómico», «juicio de la mente» y «enunciado gramatical». En este último queda reflejado y expresado el ámbito ontologico de la realidad. Por ello, Russell llamó a su teoría «gramática filosófica» y a la nueva visión del mundo, «atomismo lógico». El pensador británico expuso estas ideas en la revista Monist XXV III (1918) 495-527 y XX IX (1919) 32-63, 190-222 y 345-80 que aparecieron en Logic and Knoivledge. Aunque algunas veces con puntos de vista diversos y separándose de soluciones lógicas russellianas, Ludwig Wittgenstein expuso de ma­ nera más lucida y sistemática la conexión entre los ámbitos lógicos, on- tológicos y lingüísticos en su obra Tractatus Logico-Philopohicus, que puede ser considerada como la gramática filosófica del atomismo lógico. 2.2. L. Wittgenstein y el Tractatus Logico-Philosophicus Al hablar de la personalidad filosófica de L. Wittgenstein, no es infrecuente hallarse con textos que le consideran como el «mayor pen­ sador del siglo XX », o, al menos, «como uno de los más influyentes de nuestro tiempo». Esta importancia no ha pasado desapercibida en la filosofía española actual en la que es ya abundante y notoria la bi­ bliografía que se está publicando en torno a su vida y a su pensamiento. Indice ilustrativo de esta preocupación por Wittgenstein son los estu­ dios de los jóvenes filósofos Muguerza, Hierro-Pescador, Mosterin, Sá- daba, los últimos estudios de Arregui o Pilar López junto a las muchas tesinas que se llevan a cabo en los departamento de filosofía de las di-

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz