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Problemas ontológicos del lenguaje: La concepción especular Una de las aspiraciones de la Metafísica es la de clarificar radical y últimamente el ser de las cosas. El lenguaje puede ser abordado, así, desde perspectivas metafísicas siempre que se pretenda reflexionar so bre lo que es. Sobre su naturaleza ontològica. A este respecto, la con cepción ontologica que ha permanecido en el tiempo con mayor rele vancia referente al lenguaje es la denominada «especular o reflejo». El núcleo central de esta concepción se constituye por la intuición filosófi ca que se tiene de que el lenguaje es como una suerte de espejo (Specu- lum) de la realidad. Las estructuras o categorías gramaticales reflejarían las estructuras o categorías de la realidad. Y como consecuencia, habría de afirmarse que la corrección idiomàtica depende de la corrección lo gico-ontologica de la percepción de la realidad. Como ejemplos de esta doctrina filosófica que subyace en la historia de la lingüística y en la elaboración de la gramática se pueden proponer dos. Uno ligado a las tareas más propiamente de los lingüistas y otro, al quehacer de los filósofos contemporáneos. 1. La m e t a f í s i c a e n l a g r a m á t i c a d e l o s l i n g ü i s t a s La naturaleza del lenguaje fue discutida ya en tiempos muy anti guos. Es célebre y por todos conocido el planteamiento que del proble ma hace Platón en su diálogo Cratilo. Con frecuencia se afirma que la «admiración» dio origen a la filosofía y a las ciencias. La admiración que dio origen a la lingüística nació de la pregunta sobre un hecho sor prendente del habla: el nombre de las cosas. ¿Por qué las cosas, cada una de ellas, tenían su nombre determinado y no otro? ¿Por qué el hombre se llamaba «hombre» y no de otra manera? Los nombres de las cosas, en la Grecia del siglo V antes de Cristo, eran bienes transmi tidos por los antepasados, exactamente igual que los usos y costumbres,
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