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148 JOSE BULLON HERNANDEZ mana. Así, el ser humano aparece en la doble vertiente de actor y crea­ dor. Actor porque, por la llamada del bien común, no se conforma con que le vengan ofrecidas soluciones a los problemas de la vida, sino que más bien quiere ser él quien elige y rechaza. Y creador porque es él quien provoca a la realidad social para transformarla; quien más allá del propio mundo individual se proyecta hacia realidades pertinentes al conjunto social afectándolo internamente. A estas alturas de la exposición llega el momento de hacernos una pregunta. Señaladas las características del bien común, ¿cuál es el al­ cance del mismo? Vamos a exponerlo brevemente, ya que será más ex- plicitado después. Con todo, para que se vayan reteniendo más fácil­ mente los elementos importantes, es bueno señalar ya hasta donde pue­ de llegar. De las características expuestas se puede decir que el bien común es, en primer lugar, una realidad inconformista en el sentido que no asimila tal cual es la sociedad. En segundo lugar, el bien común aboga por una búsqueda constante del bienestar sin excepción en per­ sonas. Y, en tercer lugar, provoca a los hombres y hace sentirlos soli­ darios y buscadores del bien de unos para los otros. 2.3.1.3. Búsqueda y construcción del bien común Una vez determinada la definición y señaladas las características, resta aún algo por saber: ¿cómo y de qué manera se alcanza el bien común? Vamos a seguir viendo aquello que nos dicen los textos. Para la Rerum Novarum y la Quadragesimo Anno, ahondando en la idea ya aportada, el bien común se supone que es una realidad está­ tica; una especie de tesoro que la autoridad pública ha ido almacenan­ do para atender las necesidades de los individuos. Así aparece en el número 25 de la Rerum Novarum y 49 y 56 de la Quadragesimo Anno: se habla de un bien existente al que se aporta algo; riquezas aumenta­ das... Se refleja, pues, una realidad presente ahí destinada a colmar las necesidades. Construir el bien común no es nada fácil ni tampoco difícil; basta con acoger lo que la autoridad proporciona. Se habla de una pequeña contribución (n. 25 de RN) al mismo, aportando un algo según las ca­ pacidades de cada uno. Pero esto viene en segundo lugar. Lo principal, según los textos, está en respetar el bien común, dejar que cumpla su finalidad y colaborar con la autoridad. La búsqueda, ¿qué comprende? Seguimos en los textos: del bien común deriva una parte a los ciudadanos (n. 25 de la RN); tener pre-

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