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FUTURO DESDE LA OCTOGESIMA ADVENIENS 139 las relaciones entre los hombres: cada grupo tiene en cuenta las nece­ sidades de los demás, imposibilitando así cualquier intento de domina­ ción. Y es en este sentido principio ético en cuanto impide y promueve las motivaciones humanas. La carta apostólica de Pablo VI no se ocupa directamente de la de­ finición del bien común; ni siquiera cita la definición del mismo que encontramos en la Mater et Magistra, Vacem in Terris y Gaudium et Spes; ni tampoco se da definición nueva. Quien en ella vaya buscando un concepto claro quedará profundamente desencantado. Por esta ra­ zón lo primero que tenemos que decir es que, en la carta de Pablo VI, no existe definición alguna del bien común. Aparece bien común ex­ cesivamente poco si lo comparamos con documentos anteriores; tan sólo lo encontramos mencionado en siete ocasiones, en las cuales no se da una definición; tan sólo se habla de velar por el mismo, mirar y colaborar hacia él. Nos encontramos con la primera dificultad para po­ der hablar de lo que la Octogésima Adveniens entiende por bien co­ mún: no hay datos. ¿Cómo, entonces, podremos establecer una defini­ ción desde la Octogésima Adveniens cuando ni siquiera se nos repite lo dicho anteriormente? Lo más conveniente sería abandonar la investiga­ ción sin entrar en más profundidades; pero en los textos existe una enorme riqueza que es preciso no pasar por alto: tenemos datos sufi­ cientes como para poder aventurarnos en el penoso pero eficaz camino de búsqueda de una realidad baricentro de la desordenada sociedad. La carta estudia el tipo de sociedad en la que se vive con toda la problemática, buscando camino de salida. Aparecen palabras como «fu­ turo colectivo», «bien de todos», «bien de la ciudad», «bien de la na­ ción», «bien de la humanidad». Esto tiene que ver mucho con el bien común; encierran todas las frases un concepto de bien común. Veamos. En primer lugar, en la sociedad aparece como determinante lo co­ lectivo. A la hora de organizar la vida aquello que debe ser considera­ do es el futuro de la humanidad en general. El punto de referencia no es lo conveniente para un sector sino para toda la sociedad. Considerar el futuro de toda la humanidad significa búsqueda del bien de todos, lo cual coincide con el bien común. Para la Octogésima Adveniens el bien común aparece definido como organización de un futuro que in­ cluye el bien de todos. El principio, pues, dirigente de la organización de la sociedad consiste en tener una mirada extensiva a toda la plata­ forma societaria por una parte; y por otra, tener como fija la mirada

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