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FUTURO DESDE LA OCTOGESIMA ADVENIENS 125 aun ni datos ni ideas, ni sistema alguno donde poder referirnos para saber en que consiste. De la afirmación anterior puede parecer ante nuestros ojos que la carta se sume en un pozo sin fondo: prescinde de unos modelos de sociedad y no sabe presentar alternativa. El hecho de no definir una realidad no indica carencia de consistencia de la misma, siempre que se vea que cae dentro de lo posible. Se trata de una riqueza aún no to talmente descubierta a través de unas palabras, y sí por medio de vir tualidades claramente latentes. Y esto es lo que sucede en la Octogési ma Adveniens. Iría en contra de las propias convicciones definir lo que para ella no es definible. Si a algo se opone es a todo intento de ence rrar una realidad dinámica en unos aspectos estáticos que van creando un sistema de verdades absolutas rectoras de la convivencia y vidas hu manas. Y prefiere dejar que lo definible se vaya definiendo desde las as piraciones y no desde las ideas. No obstante, no solamente poco sino bastante puede decirse sobre aquello en qué consiste la sociedad de participación. ¿Como podrá esto hacerse? Desde la consideración de los textos sobre la forma de ac tuar los hombres dentro de la realidad en la que se encuentran inmer sos. Veamos cómo viene dicho esto. 2.1.2. La forma de esperanza Para la carta apostólica la sociedad es una forma de esperanza y ac tividad humana con el horizonte de grandeza frente al tipo de sociedad tecnológica que todo lo resuelve. ¿Qué significado contiene esta afir mación? Es mejor dejar que sea el documento quien lo indique: «El hombre ser social, construye su destino a través de una serie de agrupaciones particulares que requieren para su perfeccionamiento, y condición necesaria para su desarrollo, una sociedad más vasta, de ca rácter universal, la sociedad política». «Tomar en serio la política en sus diversos niveles es afirmar el deber del hombre, de todo hombre, de reconocer la realidad concreta y el va lor de la libertad de elección que se ofrece, para tratar de realizar jun tos el bien de la ciudad, de la nación, de la humanidad». «Para hacer frente a una tecnocracia creciente, hay que inventar for mas de democracias modernas, no solamente dando a cada hombre la posibilidad de informarse y expresar su opinión, sino de comprome terse en una responsabilidad común».
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