PS_NyG_1988v035n001p0065_0157

1 1 6 JOSE BULLON HERNANDEZ Tampoco el sistema socialista permite el suficiente espacio para la libertad y creatividad humanas. Ningún síntoma más claro para poder afirmar su condición de modelo cerrado. Se vive de reminiscencias, ins­ tituciones y conclusiones de una época. La posibilidad de que aquellas estuvieran en un error o necesitaran de un retoque o matiz diverso queda descartado. La persona y estilo de vida tiene que ajustarse a los principios permanentes. El socialismo, en este sentido comete el más grave error: estar seguro de su veracidad. Creer que el materialismo con su dialéctica es la gran ley que determina todo, lo explica todo y dirige todo (en el fondo es la misma ley de A. Smith: «mano poderosa» que dirige todo), es la mayor prueba que puede darse sobre su auto­ suficiencia. Por más que Marx y los suyos afirman que es en el marxismo don­ de el hombre llegará a ser plenamente humano, no podemos confiar en un sistema de convivencia que lo que hasta ahora va logrando es atarle a unas verdades incuestionables, silenciarle ante palabras y exposicio­ nes dialécticas. Someterle al programa compuesto y recompuesto lejos de sí. Esto es el dogmatismo marxista: aferrado a sus principios, a sus ideas, a sus filósofos como dirigentes de la sociedad. Un sistema sin proposición de nuevos valores y sin permitir búsqueda de los mismos y que no deja espacio libre a la imaginación creadora, no puede tener consistencia suficiente como para ser un modelo de sociedad. 1.2. No una alternativa cristiana El esquema que los documentos sociales de los Papas seguían era más o menos el siguiente: - Análisis de la situación. - Soluciones que dan a la misma los sistemas sociales vigentes. Doc­ trina capitalista y socialista y crítica de la misma. - Doctrina y solución que ofrece el cristianismo y llamada a seguirlo fielmente 102. 102. Puede recogerse como prueba cualquier documento anterior al Vati­ cano II, sobre todo la Rerum Novarum y la Quadragesimo Anno. Cfr4 Ocho grandes mensajes. En una y otra encíclica aparece con claridad el esquema del que hablamos: Se examina detenidamente la situación concreta (proble­ ma obrero de la Rerum Novarum), se juzga la solución que se aporta por parte del socialismo (primera parte), y se propone la solución desde la visión cristiana (segunda parte). En la Quadragesimo Anno prácticamente está el mismo esquema. En la primera parte se habla de la Rerum Novarum, y en

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz