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FUTURO DESDE LA OCTOGESIMA ADVENIENS 109 decir que el hombre está convocado a crear estilos que reflejen los do nes escatológicos. Desde esta perspectiva se entienden las afirmaciones de la carta montiniana sobre la búsqueda de un estilo que recoja las verdaderas aspiraciones de los hombres de hoy: igualdad y participa- • ' 85 cion . 3.3. El capitalismo y socialismo no responden al Reino. Juicio En las páginas anteriores hemos estudiado con detenimiento los sis temas capitalista y socialista-marxista en sus aspectos antropológicos y societarios tal como los veía la carta de Pablo VI. Veíamos como tan to el primero como el segundo, eran juzgados negativamente. Ahora desde esta reflexión de una forma de sociedad desde el impulso del Reino, nos proponemos emitir un juicio sobre cada uno de los sistemas. Queremos, ante todo, hacer referencia a las páginas en las que ha blamos de la sociedad creada por uno y otro sistema para darnos cuen ta cómo estas formas de sociedad excluyen de su dinámica las virtuali dades del Reino. Promover una forma de sociedad capitalista o mar- xista es proporcionar un estilo de vida en que las libertades y respon sabilidades quedan sofocadas. Por una parte porque el individuo se impone sobre la persona; pero por otra porque el grupo domina sobre el ser individual. Unase a esto cómo en cada uno de los casos la aper tura hacia el futuro queda tapiada desde el momento en que pregonan la posesión en su seno de la solución a todos los problemas. De esta forma se ha absolutizado lo que era relativo y ambivalente; se hace una identificación de su proyecto histórico con el Reino. La acción que hace caminar no es «dominación» ad extra, sino acción desde dentro del sistema; son sistemas de valores cerrados frente a desvelamiento y planificación de valores. Esto lo expresa la carta apostólica de la si guiente manera: «¿E s necesario subrayar las posibles ambigüedades de toda ideología social? Unas veces reduce la acción política o social a ser simplemente la aplicación de la idea abstracta, puramente teórica; otras, es el pen samiento el que se convierte en puro instrumento al servicio de la ac ción, como medio simple para una estrategia»86. 85. OA 22 y 24, en o. c., 508 y 509. 86. OA 27, en o. c., 510.
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