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1 0 0 JOSE BULLON HERNANDEZ lucha de intereses opuestos, haciendo de ellas el verdadero sentido moral. La sociedad está marcada por estas leyes de manera que de ningu­ na otra forma puede quedar influenciada o influida. En esto consiste el dogmatismo marxista precisamente. El progreso económico y técnico proporciona los medios para poder establecer una sociedad ideal a tra­ vés de la lucha de opuestos que preconiza la clase salvadora, de don­ de derivan los grandes ideales de la sociedad. Basta leer con un poco detenimiento el libro ya citado de la Acade­ mia de Ciencias de la URSS, Manual de economía política, para com­ prender este punto sobre el materialismo. El futuro de la sociedad está en una abundante producción social de bienes económicos capaces de atender las necesidades de la comunidad, aplicando las leyes del ma­ terialismo dialéctico. Una producción social de bienes hace surgir las virtudes de solidaridad, camaradería, esfuerzo y dinamismo. Puede apre­ ciarse de forma clarividente que es a partir de la economía de donde surgen todos los demás valores 59. ¿Qué antropología podemos ofrecer desde esta exposición de la so­ ciedad socialista? ¿Nos dice algo la carta de Pablo VI? ¿El hombre se encontrará con su libertad y responsabilidad? El hombre es, ¿ser social? La Octogésima Adveniens no se ha propuesto dar una visión del hombre que sirviera de juicio sobre la concepción marxista, porque no trata ser un documento polémico ni crítico detallista de situaciones como en su día fueron la Rerum Novarum y la Quadragesimo A n n o 80; pero, en una mirada un poco detenida, se percibe algo de lo que, según ella, el marxismo puede ser para el hombre, sobre todo, teniendo en cuenta el análisis hecho sobre la sociedad. Ante una sociedad que es totalitaria, con dominio de un partido en quien están latentes los deseos y aspiraciones de la sociedad y al 59. De manera amplia y clara se va exponiendo la forma de construcción de la sociedad económica socialista en la segunda parte del citado libro de A cademia de las C ien cia s de la URSS, 333-706. Queda claramente determinado el factor económico como determinante de toda la vida humana. 60. Cfr. OGM, 21-27 y 102-104.