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8 8 JOSE BULLON HERNANDEZ estadios contiene al anterior y cada uno sustituye al que le precedía en camino hacia la perfección41. b. Fenómeno explotador capitalista. A partir de la proclamación de las libertades por parte de la Revo­ lución Francesa (1789), el ejercicio de las mismas se ha realizado des­ de una excesiva interpretación individualista de tal forma que ha ori­ ginado una convivencia de lucha y tensiones derivadas del interés in­ dividual. El libre ejercicio de la actividad económica, cuya ley era producir y acumular, sin importar la forma en que fuera realizado, ha creado una sociedad de opulentos y miserables. Unos, los menos, afortunados y sagaces, han sabido negociar, comprar y acaparar. Poco a poco han ido adquiriendo y amontonando más y más medios de producción hasta el punto de poder ofrecer algún medio de trabajo. Otros, los más, han ido perdiendo lo poco que tenían hasta el punto de quedarse desposeí­ dos y tener que aceptar, para poder vivir, una pequeña cantidad que les ofrece el propietario a cambio de trabajo. Marx mismo nos narrará la situación a la que ha llegado la clase obrera recogiendo las palabras de un predicador: «Junto a los portones de todos los docks de Londres, relata el reve­ rendo William Champneys, predicador en el distrito oriental de Lon­ dres, aparecen todas las mañanas, durante el invierno, ya antes de desputar el alba, centenares de pobres que, con la esperanza de pro­ curarse una jomada de trabajo, esperan la apertura de los portones, y luego de haber sido contratados los más jóvenes y fuertes, así como los más conocidos, regresan aún a sus míseras viviendas centenares de ellos, abatidos y sin esperanza»42. Estamos en la sociedad de ricos y pobres, privilegiados y desam­ parados, capitalistas y proletarios. Los primeros cada vez más podero­ sos porque adquieren más riqueza con el trabajo de los proletarios. Los 41. Para una comprensión del método hegeliano pueden consultarse: E. D. D ussel , Dialéctica hegeliana, en Método para una filosofía de la liberación, Salamanca 1974, 63-114; J. G uichard , El marxismo, Bilbao 1975, 33-52; H. L e - febvre , Hegel, Marx, Nietzsche, Madrid 1976, 70-125; K. R. P opper , Hegel y el nuevo tribalismo, en La sociedad abierta y sus enemigos II, Barcelona 1985, 221-267; Ch. J. Me F aden , La filosofía del comunismo, Valladolid 1961, 32-60. 42. K. M arx - F. E ngels , La situación de la clase obrera en Inglaterra, Barcelona 1978, 342ss.

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