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FUTURO DESDE LA OCTOGESIMA ADVENIENS 85 «con» los demás. Mientras la sociedad capitalista no rompa con el in­ dividualismo no dejará de ser dominadora, clasista, injusta y capricho­ sa; ni comenzará a considerar más allá del materialismo y consumismo los grandes valores de la justicia, colaboración, desarrollo, educación e igualdad esenciales y animadores de una sociedad democrática. Si la sociedad capitalista pusiera como punto primordial el «bien común» como obra de todos y para todos, podríamos decir que ha empezado a surgir un nuevo estilo social. 2. Modelo ofrecido por el socialismo El otro gran sistema de convivencia que domina el mundo, opuesto totalmente a la forma capitalista, es el socialista. Nos referimos al mar- xista. A la hora de pararnos a estudiar la forma de sociedad que nos ofrece, para poder emitir un juicio sobre la misma, es preciso conocer los pilares sobre los que descansa la finalidad a la que conduce, y la sal­ vación y autodeterminación ofrecida a la humanidad. 2.1. Las bases del socialismo El marxismo se apoya en unos fundamentos que, aun tomando rum­ bo diverso, siempre son esenciales, de modo que sin ellos, no sería tal. La descripción que la Octogésima Adveniens hace de los fundamen­ tos marxistas, se encuentran en el número 26, y refleja fielmente las directrices del sistema. El sistema marxista tiene como columnas: a. La vida es materialista. «No es lícito al cristiano favorecer a la ideología marxista y a su ma­ terialismo ateo»36. Aquello que determina la vida humana es la materia, y concreta­ mente los bienes materiales creadores del modo de ser de los hombres. Todos los demás niveles de la vida humana quedan determinados por el económico. b. Carácter dialéctico de la vida. «No es lícito al cristiano favorecer la ideología marxista y a su dialéc­ tica...» 37. 36. OA 26, en o. c.t 510. 37. OA 26, en o. c., 510.

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