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8 0 JOSE BULLON HERNANDEZ adormecida, imposibilitada para olfatear que está dominada y mane­ jada (dependencia). «Una competencia desmedida, utilizando los medios modernos de la publicidad, lanza continuamente nuevos productos, y trata de atraer al consumidor, mientras las viejas instalaciones industriales todavía en funcionamiento van haciéndose inútiles». «Se puede preguntar uno, por tanto, con todo derecho, si, a pesar de todas las conquistas, el hombre no está volviendo contra sí mismo los frutos de su actividad. Después de haberse asegurado un dominio ne­ cesario sobre la naturaleza, ¿no se está convirtiendo ahora en esclavo de los objetos que fabrica?» 26. No hay que olvidar otra faceta antropológica que aporta el capita­ lismo: «materialismo». Casi ni es necesario comentar este punto, pues­ to que se deduce directamente de las afirmaciones anteriores. Si el ca­ pitalismo busca el dinero, el provecho y la acumulación, el tipo huma­ no que crea es el preocupado porque la producción suba, el dinero su­ me más y se adquiera el mayor bienestar posible, sin interesarse por los valores de justicia, amistad, solidaridad, creatividad... Recogemos, en este sentido, la línea seguida por la carta apostólica que, aunque direc­ tamente no hace referencia a la afirmación de esta antropología, en di­ versos lugares indica el peligro de una producción excesiva frente a un grupo o grupos necesitados de lo más elemental, o del riesgo que corre la economía de absorver la libertad, la cultura o el servicio recípro­ co 27. Con esto viene a determinarse que el hombre tiende a muchas cosas más que a la posesión de cosas materiales. Terminamos afirmando la antropología de tipo dominador-opresivo originada por el capitalismo. No queremos entretenernos ahora en el sentido de esta faceta porque lo haremos al tratar el modelo de socie­ dad que nos ofrece; sólo afirmamos que el hombre de la sociedad capi­ talista, como es individualista y se guía por sus propios intereses, tien­ de constantemente a ser hombre de mando y poder para que su volun- 26. OA 9, en o. c., 500, Se puede observar con notable transparencia la si­ tuación que es provocada en cada persona por la dinámica productiva capi­ talista. Queda atada irremediablemente al dinero y consumo, guías de cada ser humano. Para un conocimiento mayor de esta dimensión capitalista, pue­ de consultarse: H. G o llw itzer , La revolución capitalista, Salamanca 1977, 37- 49, donde el autor va analizando los distintos intereses del capital y cómo éste va determinando la vida de las personas. 27. OA 9, 46 y 41, en o. c., 500, 521 y 518.

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