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78 JOSE BULLON HERNANDEZ De esta forma el liberalismo ha destruido la sociedad y el nexo en­ tre los hombres. Rompe con el orden jurídico-social y las exigencias impuestas por la vida política. Hace al hombre responsable de sí mis­ mo en su libertad ilimitada21. Este ambiente de autosuficiencia aportó, como consecuencia, la convicción de la innecesaria presencia y actuación comunitarias, y el desarrollo de actividades individuales plenamente justificables al con­ siderar al hombre como un ser que ha roto todas las fronteras que le impedían poder expresarse tal como él mismo se lo había propuesto. Dicho de otra manera, el hombre no tiene límites en su libertad22. En la actualidad este tipo de hombre solitario que la Octogésima Adveniens nos ha descrito, por más que se intente presentar entrela­ zado con los demás, sigue estando presente. Hombre acumulativo, po­ seedor, buscador de los propios intereses y sólo ante la vida dependien­ do solamente de sí. Prosigue la consideración de sí mismo sobre sí mismo, el reconocimiento de las propias cualidades y valía 23. El hombre del capitalismo es solitario en lo social y lo político; se encuentra perdido, incapacitado y sin ideas. En modo alguno puede interesar al poderoso que el modelo social-político cambie, ya que éste representa los intereses de la clase poderosa de la que él forma parte. La masa o pueblo, aun en su descontento, no tiene capacidad para de­ jar su soledad y moverse en dinamismo. La carta de Pablo VI, recordamos nuevamente, pone de manifiesto este carácter solitario de la antropología capitalista, aunque ciertamente demum sociales inter homines nexus ita aestimantes quasi facile paeneque sua sponte ex privatorum inceptis consequantur». AAS LXIII, 510. 21. OA 35, en o. c., 514. En este número se manifiesta abiertamente una oposición al «homo oeconomicus» e independiente que proclama el libera­ lismo. 22. L. S ánchez A gesta , Liberalismo y libertad en la fOctogésima Adveniens en A A .V V ., El cristiano ante el futuro, Madrid 1973, 3-12. El libro está hecho por un grupo de escritores reunidos para estudiar el documento papal; do­ cumento que viene estudiado desde muchas angulaciones. De aquí que resulte interesante echar una ojeada a esta documentación. Son estudios sencillos, pero aclaran bien el documento. 23. No cabe la menor duda de que el sistema capitalista ha puesto su fundamento sobre el personalismo que, aunque muchos autores lo han reci­ bido, explicado y acogido como el medio ambiente mediante el cual la perso­ na, reconociendo a la otra como ser de valía, establece las relaciones inter­ personales y así el egoísmo torna a desaparecer (Cfr. A. R igobello , II Persona­ lismo, Roma 1975; E. M ounlier , Le personalisme, Paris 1962; J. E ndres , Perso­ nalismo, esistencialismo, dialogismo, Roma 1972), conduce, sin embargo, casi sin conciencia, a la búsqueda del bien aislado.

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