PS_NyG_1988v035n001p0065_0157

76 JOSE BULLON HERNANDEZ particulares en interés propio, rindiendo gracias al ingenio comercial e industrial de los organizadores. Defendida, si es rentable, por el esta­ do, asegura los intereses particulares llegando a surgir el capitalismo de estado; y, aunque realice obras sociales, siempre llegará a alcanzar un provecho particular. Esta lógica de la riqueza y del lucro, con la que después se alcanza el dominio sobre los demás, es patente si observamos, a partir de la carta del Papa Montini, cómo la situación de la sociedad en la que vi­ vimos es una situación de fuerza; a través de los medios informativos está orientada según los intereses de la clase dominante 15; siendo los ciudadanos incluso dirigidos por esa fina cuerda invisible, hacia activi­ dades muy concretas y predeterminadas. La lógica capitalista, aunque Keynes afirma que pueden corregirse los males del capitalismo mediante la planificación e intervención esta­ tales logrando que propietarios y obreros lleguen a un encuentro ami­ gable 16, seguirá siendo lógica de egoísmo e individualismo permitiendo la distancia entre las personas humanas; cultivando la búsqueda del interés particular al común. Mira más al dinero que a la persona, más a la concentración del poder que a la autonomía. En este sentido, Alberdi - Belda afirman que el neocapitalismo tie­ ne necesidad de un ejecutivo fuerte, capaz de planificar la vida econó­ mica, debilitando así el papel de los órganos elegidos por el pueblo 17. La Octogésima Adveniens no se plantea directamente si la lógica interna del capitalismo tiene que mantenerse aunque origine la vida individual y solitaria; aunque mantenga el poder privado y dominador y aunque destruya la libertad de muchas personas. Pero de una forma clara, sin proponérselo, denuncia una serie de situaciones que pueden reflejar la lógica capitalista: los que disponen de capital y buena vida son minoría, y son los fuertes y dueños de casi todo. A esta minoría se contrapone la mayoría con intereses contrarios y, por tanto, enfren­ tados a los anteriores. Por ello la carta «paulina» propone la búsqueda de un nuevo estilo de vida que rompa opresiones e injusticias 18. 15. OA 20, en o. c., 507. 16. O. C. Cox, La ley del m ovim iento, en E l capitalism o com o sistem a , Madrid 1976, 350-355. 17. R. A lberdi - R. B elda , La Iglesia en la socied a d neocapitalista, en /g/e- sia Viva 67 (1977) 17-22. 18. OA 12, 15 y 19, en o. c., 501, 504 y 506.

RkJQdWJsaXNoZXIy NDA3MTIz