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INFINITO ABSOLUTO E INFINITOS RELATIVOS 419 como en otros, de disposiciones previas (por ej. el caso del cambio sustancial físico, que también es instantáneo pero con un lapso ante­ rior de preparación de la materia próxima del cambio): «Sed virtus oculi et suae speciei, et cujuslibet rei creatae est finita. Ergo nulla potest agere in instanti. Et in octavo Physicorum in fine vult, quod virtus finita et infinita non possunt agere in aequali et ea- dem duratione, quoniam tune possent habere operationes aequales, et sic ipsae sibi invicem aequarentur. Sed proprium est virtutis infinitae agere in instanti. Ergo virtus finita non potest in eo aliquid facere, quapropter in tempore» (Opiis Majus V, Perspectivae Pars I, Dis. IX, c. 3; ed. Bridges, 70). Como se aprecia, la objeción deduce la igualdad de operación de la igualdad de duración de la misma, aunque esto no sea exactamente el pensamiento de Aristóteles, quien, en el lugar aducido (367 b 17 ss) en realidad se refiere a la infinitud operativa que podría resultar de una magnitud infinita. En todo caso, Bacon no concede nada a la objeción, aunque no por argumentos aristotélicos, sino por aplicación de las teo­ rías sobre la multiplicación de la species, que, si bien es instantánea en cada caso, es sucesiva en la totalidad del proceso. Por eso, aunque la visión sea instantánea, no lo es el proceso de atravesamiento del me­ dio, porque esto implicaría una cierta ubicuidad incompatible con las naturalezas creadas. Aunque el problema es físico, como en el caso an­ terior, se recurre a un razonamiento metafísico y específicamente no- aristotélico, para la solución. «Caeterum, si in instanti eodem fieret per totum médium, tune esset in termino a quo, et in medio spatii, et in termino ad quem, scilicet si- mul et semel. Sed hoc est multipliciter impossibile. Nam primo sequi- tur ex hoc, quod res creata esset simul et semel in pluribus locis, et qua ratione in pluribus, etiam in infinitis, sicut prius habitum est in capitulo de materia. Ergo haberet potentiam infiinitam et esset Deus, vel aequalis Deo» (Opus Majus V, Perspectivae Pars I, Dist. IX , c. 3; ed. Bridges II, 70-711). La intelección creada tampoco puede ser infinita en el sentido en que lo es la divina, es decir, no puede extenderse simultáneamente a infinitas ideas, aunque tenga potencialmente esa posibilidad, que es su­ cesiva. Y esto vale aun para el caso de la visión beatífica, pues si bien ello comporta una visión intuitiva de la divinidad, no significa una com- preh?nsión completa de su esencia. Mas de cualquier modo, también

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