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INFINITO ABSOLUTO E INFINITOS RELATIVOS 417 precisamente como expresión de la limitación de estos entes. O sea, que a la distinción anterior, de infinitud divina como coincidiendo en los dos términos, hay que añadir la nota de intensidad y no extensivi- dad, para caracterizar adecuadamente la duración divina. «Si dicatur adhuc, quod si infinitas a parte post est in aeternitate crea­ ta, qualis in increata, tune a principio creaturae in esse, usque in ae- ternum, aequabitur creatura Dei, quod est absurdum; quia nullo modo aequatur creatura Creatori, nec unquam aequari potest ad horam: di- cendum est, quod infinitas a principio creaturae in esse constitutae duplici ratione convenit Deo: una est, quia sine fine erit, alia est ex eo, quod sua duratio est eadem Cum sua essentia, quae est infinita in­ tensive; sicut sua virtus et potentia. Et hoc est tertium genus infini- tatis, quod non est in creatura aliquo modo, sed in solo Creatore. Et in hoc genere infinitatis infinitas Creatoris excellit infinitatem creatu­ rae in infinitum» ( Opus Tertium, c. 2; ed. Rrewer, 194). Hay también otro modo de interpretar la infinitud, negativamente, como aquello que no padece corrupción ni paso al no-ser. En cierto sentido esto convendría a la creatura espiritual, pues el alma racional, y los espíritus puros, en cuanto son simples y no materiales, no están por sí sujetos a la corrupción que proviene de la separación de los prin­ cipios del compuesto. Este es también el argumento, de origen aristo­ télico, con que en todo el medioevo se probó la inmortalidad del alma. Bacon concede que de hecho es así, pero se niega a admitirlo de jure. Siguiendo a Grosseteste, opina que la defectibilidad radical de todo lo creado, que proviene del no ser, lo empuja hacia la nada 8. Es decir, es­ ta eternidad o infinitud relativa de la creatura es siempre contingente y no necesaria, como la divina. Bacon no emplea esta terminología, que hubiera aclarado mucho la cuestión, pero es básicamente lo que quiere decir en el siguiente texto; obsérvese, por otra parte, la similitud que presenta con algunos de Grosseteste 9. El paralelo es claro, y se nota la huella de la escuela. «Si vero loquamur de infinítate secundo modo, scilicet per negationem non esse et corruptionis, certe haec est in Deo cum negatione actualis 8. Cfr. diversos párrafos del Commentarius in Octo Physicorum, Ls. I, IV y VIII, ed. R ichar D ales , Colorado University Press, 1963. 9. Particularmente varios de la De Divinis Nominibus Reseratio, ed. F. R uello , en Les 'Noms divins’ et leurs ' raisons ' selon Saint Albert le Grand, Commentateur du 'De divinis nominibus ", París 1963, 151-152.

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