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LA CAUSALIDAD SEGUN G. DE OCKHAM 383 dad. Ockham establece, con toda claridad, la posibilidad lógica de la creación eterna y, a la vez, la precisión gnoseológica de la imposibili­ dad de probar tanto la temporalidad como la eternidad del acto crea­ tivo. «Las dudas acerca de la eternidad del mundo y acerca de si Dios pudo o no crearlo desde la eternidad, digo que son defendibles ambas hipótesis y ninguna se puede rechazar de forma clara; porque, cierta­ mente, no se ve contradicción alguna en decir que el mundo fue creado desde la eternidad» 8. Querer argumentar con fuerza en contra de la eternidad del mundo es imposible, ya que, ni por parte de Dios, ni de lo creado, se encuentra contradicción lógica alguna en sostener tal po­ sibilidad. Ni al poder de Dios 9, ni al ser de lo creado, les es lógica­ mente contradictorio una creación sin momentos previos y vacío s10. Lo único que sería contradictorio es colocar, a la vez y bajo el mismo respecto, la creación en el tiempo y en la eternidad 11. En todo caso, hay más razones en orden a la eternidad que a la tem­ poralidad; en el supuesto de la temporalidad, el paso del no ser al ser debería ser accesible a la capacidad cognoscitiva humana; la creación, según la doctrina ockhamista, es algo inexplicable lógicamente. En el supuesto de la creación eterna, el problema del tiempo aparecerá como un esquema humano, pero desaparecerá como entidad cósmica, al mis­ mo tiempo que el paso de la nada a la realidad se disuelve en el con­ cepto de eternidad, como expresión de la imposibilidad humana de con- ceptualizar lógicamente el acto creador. «Si sostenemos que el mundo existe desde la eternidad, en realidad no existe el paso de un término a otro de forma contradictoria —de contradictorio in contradictorium—, dado que nunca existió el no ser; sino que siempre existió el ente y jamás el no ente; por lo tanto, en la creación, realmente, no se dio cam­ bio medible con cualquier unidad tanto divisible como indivisible, por­ que el cambio sólo se da cuando hay paso del no ser al ser» 12. De ello podemos concluir, en orden a nuestro tema, que el ordenamiento con­ ceptual, explicativo del origen del cosmos, no se mueve dentro de es­ quemas causativos temporales. Al faltar este paso temporal de la nada a lo existente, la vía causativa se ve como atosigada y difícil de enten­ der, su aplicación, en un mundo falto de temporalidad en su más radi­ cal origen, se torna imposible. Si colocamos el acto creativo fuera de 8. II Sent., Q. VIII, A. 9. Cfr. Ibid., O. 10. Cfr. Ibid., C. 11. Cfr. Ibid., M. 12. Ibid., K.

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