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4 0 2 J. RAMON LOPEZ VAZQUEZ po, son caracteres propios de la finalidad. La dimensión perfectiva, el futuro como espacio abierto a la consecución de nuevas formas de exis­ tencia, es al justificación metafísica de la concepción del ser humano como libre para intentar un futuro mejor y responsable, para sentirse cómplice de su propia suerte. «La causa final de un movimiento u ope­ ración es la nueva forma buscada por el agente y adquirida por tal mo­ vimiento u operación» 102. A ello se debe que la causa final sea la res­ puesta exigida a la pregunta que interroga por el para qué de cualquier realidad u operación; «es causa final de cualquier realidad la que res­ ponde a la pregunta por el para qué de tal realidad, cuando resulta ser la nueva forma adquirida por la operación realizada; entonces tal for­ ma es la causa final del movimiento» 103. El mundo ockhamista es un mundo dinámico y metido en una dimensión de futuro, el ser humano empieza a sentirse responsable de las condiciones, mejores o peores, con que en cada momento se encuenrta. Establecida la identificación entre fin y perfección, prosigue Ockham su análisis en orden a determinar la causalidad de tal fin. ¿Por qué el fin causa? Una causa final que no sea operativa y efectiva carecería de tal virtualidad, «k* causalidad de la causa final no es otra que mover al agente a poner los medios nece­ sarios para producir el efecto pretendido» 104. El fin causa en tanto en cuanto lleva al agente a producir de forma real y efectiva el efecto 105. ¿ A qué se debe tal virtualidad y prepotencia de la causa final sobre la eficiente? A que el fin se presenta como algo deseable y amado, como algo querido por el agente de forma eficaz y suficiente. «La causalidad del fin no es otra cosa que ser amado y deseado por el agente eficaz­ mente, para que lo amado se convierta en efecto» 106. El hecho de que se presente al agente como suficiente razón de efectividad práctica, nos lleva a pensar que el fin, necesariamente, debe presentarse como una perfección de obligada realización, por ser más importante y digna que todos los inconvenientes que su efectiva ejecución comporta 107. La per- 102. II Sent., Q. III, B. 103. Ibid. 104. II Sent., Q. VI, B. 105. «La causación de la causa final respecto a sus efectos radica en que mueve al agente a operaciones que causan finalmente el efecto; porque es querido, el efecto es causado...» (II Sent., Q. III, J). 106. Quodl IV, Q. I. 107. «La causalidad del fin no consiste en querer el fin de forma absolu­ ta; tampoco en querer, de forma propia y primaria, por el fin amado, otras realidades; la causalidad del fin consiste en conocer y querer el fin, quererlo efectivamente poniendo los medios necesarios para su consecución» (II Sent., Q. III, O),

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